Los empleados públicos chilenos paralizaron sus labores y salieron a marchar a las calles en demanda de un aumento salarial del 7,5 %, lejos del 2,9 % que les ofreció el gobierno a contar desde el próximo diciembre.
La movilización, que según los organizadores tuvo un 90 % de adhesión, siguió a varias semanas de infructuosas negociaciones entre las autoridades y quince gremios del sector agrupado en una mesa negociadora.
Las organizaciones resolvieron, pese a la paralización, mantener turnos éticos en los diferentes servicios, con el objeto de atender casos de urgencia.
En Santiago, varios millares de trabajadores marcharon por la Alameda Bernardo O’Higgins, la principal avenida de la capital chilena, en una manifestación bulliciosa y pacifica, en la que el principal blanco de sus consignas fue el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, responsable de las negociaciones por parte del gobierno.
Raúl de la Puente, presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), uno de los principales gremios del sector, llamó al ministro a flexibilizar su postura, justificada en el bajo crecimiento económico que exhibe el país, y que según todas las proyecciones, no sobrepasará el 2,0 % este año.
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Recordó De la Puente que según los cálculos, la inflación de este año será de un 3,4 %, por lo que el aumento del 2,9 % ofrecido por el gobierno supone una pérdida real del poder adquisitivo de las remuneraciones.
Según el dirigente, la economía chilena no está en crisis, sino que con un menor crecimiento; "por eso esperamos que el ministro recapacite, que sepa que no estamos dispuestos a aceptar cualquier cosa".
"El gobierno, en vez de apretarse tanto el cinturón, debiera también producir una reactivación de la economía, seguir apretando el cinturón del presupuesto fiscal no es conveniente", añadió y manifestó su esperanza de que los parlamentarios, que deben aprobar la propuesta del gobierno, "estén a favor de los trabajadores".
Agregó que el petitorio de los gremios incluye también otros puntos importantes para los trabajadores, como la estabilidad en el empleo y la seguridad social, "en los que tampoco hay respuestas que sean claras y materialmente concretas".
Tras recordar que lo que ocurre en el sector público repercute en las negociaciones colectivas del sector privado, el dirigente sostuvo que "el gobierno debiera mirar más que hacia los empresarios, hacia los trabajadores".
Con información de EFE