El emperador Akihito de Japón rogó hoy por la paz mundial en su tradicional saludo de Año Nuevo y expresó su deseo de que la gente pueda llevar en 2017 una vida "tranquila y espiritualmente rica".
"Rezo por la paz y la felicidad para el pueblo de Japón y las gentes del mundo", dijo hoy el emperador, de 83 años, en su ritual saludo desde el balcón del Palacio Imperial de Tokio, desde donde se asomó junto a la emperatriz Michiko y otros miembros de la familia imperial recogido por la agencia japonesa Kyodo.
Entre los asistentes a la cita anual se encontraron también el príncipe heredero Naruhito y su esposa Masako, así como los príncipes Akishino y sus dos hijas, Mako y Kako.
"Es mi deseo que la gente pueda llevar una vida tranquila y espiritualmente rica este año", clamó el monarca ante los allí presentes en la primera de sus cinco apariciones programas para hoy, las mismas que acometió en la cita de 2016.
Lo que no se producirá a partir de este años será la publicación del tradicional mensaje por escrito de Año Nuevo del emperador, que ha aceptado dejar de emitir esta reflexión -difundida cada 1 de enero desde que accedió al trono en 1989- para aligerar su agenda.
El gesto, que está destinado a aligerar la carga de trabajo del monarca, llega después de que Akihito anunciara en verano su deseo de abdicar en favor de su hijo Naruhito, de 56 años, debido a su avanzada edad y su estado de salud.
Puesto que la Constitución japonesa no recoge el supuesto de abdicación, el Gobierno nipón ha establecido un comité para diseñar una legislación especial que permita al jefe de Estado traspasar sus poderes en torno a 2018.
Con información de EFE