La ayuda humanitaria requiere de dos factores clave para poder concretarse: la voluntad de un poder, organismo o nación que desea otorgarla y que el gobierno que va a ser beneficiado tenga disposición de recibir los donativos. Ricardo Escalante, representante de la Asociación de Médicos Unidos por la Crisis Humanitaria (AMUCH), indicó que ya existe el primero de esos factores, debido a que varios países accedieron a enviar cargamentos con medicinas e insumos médicos a Venezuela.
El inventario de medicamentos, tanto en farmacias públicas como privadas, se mantuvo intermitente durante todo 2016 y 2017. De acuerdo con la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), la escasez de medicinas todavía se mantiene en 85%.
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— El Político (@elpoliticonews) November 28, 2017
La fundación Cáritas de Venezuela, organización de la Iglesia Católica, gestionó la ayuda humanitaria recolectada en Chile para que se entregara en Venezuela. Efectivamente, el cargamento de medicinas llegó a puertos venezolanos en agosto de 2016, pero según las autoridades no cumplía con los requerimientos para acceder al país.
Con temor de que las medicinas se dañaran o vencieran dentro de los contenedores, Cáritas instó a los encargados del puerto a permitir la distribución de dichas medicinas. Sin embargo, la respuesta fue negativa. En octubre de 2016, el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) declaró abandono fiscal del cargamento, por lo que se apropiaron de los contenedores y le entregaron las medicinas al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Los dirigentes políticos de oposición y los representantes de Cáritas calificaron estas acciones como un “robo” porque el gobierno venezolano se apoderó de una donación gestionada por una organización ajena a él y desconoció que era una ayuda de países solidarios por la crisis en el país.
A cuentagotas
Grupos de venezolanos en distintas regiones del mundo recolectaron medicinas en el exterior para enviarlas a Venezuela. Para evitar lo que sucedió con Cáritas, los colaboradores decidieron enviar pequeños lotes de fármacos en cajas comunes para que entraran discretamente al país.
Las encomiendas ayudaron a cientos de pacientes a obtener donaciones gestionadas principalmente mediante las redes sociales. Pero la tarea es muy complicada, debido a que las organizaciones implicadas no pueden conseguir todas las medicinas, como es el caso de las de alto costo. Este tipo de medicamentos pueden costar entre 25.000 y 100.000 dólares.
Las donaciones que se hacen desde el extranjero son de fármacos convencionales como analgésicos, antibióticos y antialérgicos.
¿Qué es la ayuda humanitaria?
El doctor Ricardo Escalante, activista a favor de recibir la asistencia, explicó que la ayuda humanitaria es un aporte que da la comunidad internacional a países en conflictos bélicos y que pasan por tragedias naturales. “Venezuela no está en un conflicto de ese tipo, pero si en uno económico, en el que hay dificultades para traer medicamentos. Es una situación que se agrava cada vez más”, detalló.
“Este tipo de problemas hay que tratarlo inicialmente con una terapia de choque: llenar los canales de distribución con una ayuda humanitaria. Sin embargo, a pesar de que hay países con contenedores de donaciones listas para Venezuela, las autoridades venezolanas no quieren recibirlas”, agregó.
El especialista acotó que el siguiente paso para superar el desabastecimiento de medicinas, después de distribuir los cargamentos recibidos, es pagar las deudas con los proveedores internacionales, que antes exportaban sus productos al país.