Un poco más de un año después, las tres explosiones que provocaron fugas masivas en los oleoductos Nord Stream 1 y 2, que van de Rusia a Alemania bajo el Mar Báltico siguen generando polémica… específicamente porque aún no hay un culpable del sabotaje pero sí muchas interrogantes, entre las que se encuentran: los intentos de Estados Unidos de desaparecer su responsabilidad en el acto.
El Político
El reportero estadounidense Seymour Hersh, ganador del Premio Pulitzer, reveló en febrero que bajo las órdenes de la Administración Biden "un grupo de buzos de la Marina aprovechó unas maniobras de la OTAN en el Báltico para colocar explosivos en el Nord Stream que la Armada noruega los hizo detonar tres meses después".
Hersh alegó, citando una única fuente anónima, que la idea surgió por primera vez en diciembre de 2021 en las discusiones entre los principales asesores de seguridad nacional de Biden sobre cómo responder a la esperada invasión rusa de Ucrania.
La CIA desarrolló el plan y, al amparo de los ejercicios de la OTAN en junio de 2022, los buzos de la Armada, con la ayuda de Noruega, colocaron explosivos en los oleoductos que podrían detonarse de forma remota, escribió Hersh.
Pero, ¿a quién verdaderamente beneficiaría?
En las especulaciones posteriores a la explosión de los oleoductos el 26 de septiembre, se dijo que varios países tenían motivos para la acción: Rusia, Alemania, Ucrania, Polonia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
El acto de sabotaje dañó oleoductos construidos por Gazprom (GAZP.MM), controlado por el Kremlin, y sus socios europeos a un costo que ascendió a miles de millones de dólares.
El daño también significó que Rusia perdió un elemento de influencia que todavía tenía sobre Europa, que ha estado corriendo para encontrar otros suministros de gas para el invierno, incluso si los gasoductos Nord Stream no bombeaban gas cuando se descubrieron las fugas, dicen los analistas.
Todo se generó en medio de la guerra entre Ucrania y Rusia, y envía los ojos a Occidente en su responsabilidad como una respuesta contra el Kremlin por su responsabilidad en el conflicto bélico.
Y entonces… ¿Quién es el culpable?
Los dedos occidentales han seguido señalando a Rusia, y Moscú ha acusado a Estados Unidos y Gran Bretaña del sabotaje.
Sin embargo esto último parece tener una luz más significativa en todo este suceso.
Las informaciones contradictorias publicadas por Estados Unidos y demás países del Occidente han manchado los resultados de su investigación, convirtiéndolos en estos poco creíbles.
Ahora, surgió un supuesto reportaje publicado por el medio estadounidense, The Washington Post, el cuál sugiere que un alto oficial militar ucraniano con profundos vínculos con los servicios de inteligencia del país, supuestamente jugó un papel central en el bombardeo de los gasoductos.
En la "investigación" conjunta del periódico The Washington Post y el medio alemán Der Spiegel, publicada el sábado, destacó a Roman Chervinsky, un hombre de 48 años que sirvió en las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania.
El supuesto papel del oficial ucraniano proporciona la evidencia más directa hasta la fecha que vincula a los líderes militares y de seguridad de Ucrania con el sabotaje que generó múltiples investigaciones criminales, según The Washington Post.
Chervinsky, un coronel condecorado, fue el "coordinador" de la operación Nord Stream, dijeron personas familiarizadas con su función, gestionando la logística y el apoyo a un equipo de seis personas que alquiló un velero con identidades falsas y utilizó equipos de buceo en aguas profundas para ubicar cargas explosivas en los gasoductos.
Sin embargo, algunos expertos internacionales aseguran que la retórica inconsistente de Estados Unidos y Occidente es un intento de echarle la culpa a los ucranianos que son incapaces de asumir la responsabilidad.
El informe publicado por The Washington Post se produce después de la información revelada por el reportero Seymor Hersh, quien detalla paso a paso el incidente dirigido por los servicios de inteligencia.
Rusia alegó que Washington estaba detrás del ataque, y el presidente ruso Vladimir Putin desestimó en marzo el argumento de que Ucrania estaba detrás de las explosiones, informaron los medios.
Lo único que parecer ser verdad detrás de esto, es el miedo de Estados Unidos que se descubra su posible accionar en este sabotaje por las grandes implicaciones internacionales que eso llevaría. Por lo que, sin pruebas, han decidido atacar insistentemente a Ucrania.