Arabia Saudita vuelve a estar en boca de todos en el ámbito deportivo, esto a través del "Sportwashing" o "lavado deportivo" por invertir sus riquezas petrolíferas en una serie de deportes.
El Político
El golf y el fútbol son los objetivos inmediatos, pero los saudíes ambicionan estampar su marca también en el automovilismo y el críquet.
En contexto
El término "Sportwashing" se refiere a la práctica de utilizar el deporte para lavar la reputación de un país, reporto Themessenger.
Qatar, país del Golfo Pérsico, fue acusado de "lavado deportivo" cuando presentó su candidatura y organizó la Copa Mundial de Fútbol de 2022.
El argumento era que el reino del desierto había utilizado el acontecimiento para mejorar -o "lavar"- su deficiente historial en materia de derechos humanos.
Sportwashing en el fútbol
Esta semana en Arabia Saudita produjeron otro boletín deportivo mundial.
La estrella del fútbol francés Karim Benzema se uniría al club Al Ittihad de Arabia Saudita, pasando después de más de una década en la potencia europea Real Madrid, en un acuerdo valorado en 400 millones de euros (427 millones de dólares).
Benzema ganó el Balón de Oro 2021-22 al mejor futbolista del mundo, y su fichaje por la nueva Saudi Pro League se produce después de que Cristiano Ronaldo, considerado uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte, dejara el Manchester United por otro club saudí, el Al Nassr.
Ronaldo, que a sus 38 años está en el ocaso de su carrera, también recibió una oferta de 400 millones de euros.
El asalto al fútbol saudí no ha terminado. Incluso se habla de que Lionel Messi, quizá el único jugador cuyo estrellato eclipsa el de Benzema y Ronaldo, se traslade a Arabia Saudita cuando expire su contrato con el París Saint-Germain este verano.
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نقدم لكم نجمنا الجديد، البنز! مستعد لإضاءة الجوهرة قريباً ⚽️? #Benzema2Ittihad
#here2inspireKSA pic.twitter.com/pDHzcRjbUq— نادي الاتحاد السعودي (@ittihad) June 6, 2023
Panorama general
Todo parece indicar que los saudíes planean utilizar su riqueza para introducirse en otro deporte muy popular en todo el mundo: el críquet.
Los informes de abril sugerían que Arabia Saudita estaba en conversaciones para lanzar lo que probablemente será el torneo Twenty20 más rico del mundo, en el que los partidos se juegan en (según los estándares del críquet) 3 horas rápidas.
Estos informes se publicaron tras las declaraciones del presidente de la Federación Saudí de Cricket, el príncipe Saud bin Mishal Al-Saud, en las que destacaba su objetivo de convertir a Arabia Saudí en un "destino mundial del cricket". Según declaró a Arab News, "habría ligas a todos los niveles, no sólo una liga".
Sportwashing en otros deportes
Otras noticias han insinuado la posibilidad de que Arabia Saudita se haga con el control de la Fórmula 1.
Este sería otro deporte de gran envergadura con el que el país ya mantiene una estrecha relación a través del Gran Premio de Jeddah.
Arabia Saudita ha calificado esos informes de "pura especulación".
Entre líneas
A medida que Arabia Saudita aumenta sus inversiones en el deporte, el país sostiene que no lo hace para mejorar su reputación.
En declaraciones al programa "60 Minutes" de la CBS a principios de año, el ministro saudí de Deportes, el príncipe Abdulaziz bin Turki Al Saud, rechazó la sugerencia de que la prisa saudí por comprar atletas superestrellas y construir ligas potentes fuera algo más que una forma de atraer visitantes a su país.
"No estoy de acuerdo con eso, con ese término ‘Sportwashing'", dijo el Príncipe. "Porque creo que si vas a diferentes partes del mundo, entonces unes a la gente. Todo el mundo debería venir, ver Arabia Saudí, verla tal y como es, y luego tomar su decisión. Véanla por sí mismos. Si no te gusta, vale".
Conclusión
Pero quienes hacen la crítica del "Sportwashing" deportivo dicen que los hechos son simples: Arabia Saudita tiene un historial terrible en materia de derechos humanos, y todos los esfuerzos que está haciendo en el mundo del deporte son una forma de pintar el país bajo una luz diferente.
Las inversiones en el deporte están siendo encabezadas por el gobernante de facto del Reino, el príncipe heredero Mohammed Bin Salman, quien según un hallazgo de la inteligencia estadounidense ordenó el asesinato en 2018 del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Estambul. Bin Salman preside el fondo soberano del país, que está detrás de varias de las inversiones deportivas del Reino.
Human Rights Watch se encuentra entre varias organizaciones que han argumentado que Arabia Saudita está tratando de blanquear su reputación invirtiendo en deportes y en el sector del entretenimiento en general.