Es el paso previo a las conversaciones a las conversaciones entre el gobierno de Afganistán y los rebeldes para acabar con la guerra que ya dura 19 años.
El Político
El 10 de marzo era el último día fijado en el acuerdo de Catar (paz entre los Estados Unidos de América y los talibanes) para que los prisioneros talibanes fueran excarcelados como paso previo a las negociaciones, medida a la cual el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, se había opuesto hasta ahora.
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Pero este miércoles, el gobierno afgano anunció que el presidente de su país, Ashraf Ghani, firmó el decreto para liberar a 5.000 prisioneros talibanes, un paso clave para el inicio de las conversaciones entre una delegación gubernamental y los grupos insurgentes, de cara a finalizar los 19 años de guerra en Afganistán.
"El presidente Ghani ha firmado el decreto que facilitará la liberación de los prisioneros talibanes de acuerdo con el marco aceptado para el inicio de las negociaciones entre los talibanes y el gobierno afgano", afirmó hacia la medianoche en un mensaje en Twitter el portavoz del Palacio Presidencial, Sediq Sediqqi.
El representante especial de Estados Unidos para la paz en Afganistán, Zalmay Khalilzad, señaló en un mensaje posterior en Twitter que la liberación de los 5.000 prisioneros empezará el sábado, con base en una lista proporcionada por los insurgentes.
Liberaciones de ambos bandos
La liberación de mil prisioneros del lado gubernamental ya había sido aceptada por los insurgentes en el histórico acuerdo alcanzado por Estados Unidos y los talibanes el pasado 29 de febrero en Doha, en el que se pactaba también la retirada escalonada en 14 meses de las tropas extranjeras de Afganistán.
"Insto a las dos partes para que se sienten inmediatamente a dialogar sobre este asunto en Doha, Qatar, para trabajar en más detalles. El gobierno afgano se ha mostrado de acuerdo en hacerlo. Cuando se implemente, este será un paso significativo en el proceso de paz", remarcó Khalilzad sobre la liberación de prisioneros.
Sin embargo, el enviado especial dijo que, a pesar de estos "signos de avance" hacia la paz en Afganistán, "la violencia por parte de los talibanes se mantiene demasiado alta", por lo que pidió a los insurgentes que cumplan con sus compromisos y la reduzcan. Esto permitirá, según Khalilzad, que "la liberación de prisioneros se implemente sin problemas y que el proceso de paz tenga éxito".
El 10 de marzo era el último día fijado en el acuerdo de Qatar para que 5.000 talibanes fueran excarcelados de las prisiones afganas como paso previo a las negociaciones, una medida a la que Ghani se había opuesto hasta ahora, ya que aseguraba que esa liberación debía producirse en el marco del diálogo bilateral.
La decisión de Ghani de firmar el decreto se produce en un momento de inestabilidad política en Afganistán, después de que su principal rival en las urnas y hasta ahora jefe del Ejecutivo, Abdullah Abdullah, decidiera rechazar el resultado electoral y autoproclamarse presidente, en una ceremonia paralela a la de la toma de posesión de Ghani el lunes en Kabul.
Qatar se erige en mediador mundial
Qatar, pese a su pequeño tamaño (11.586 kilómetros cuadrados), ha logrado una importante influencia internacional, impulsando acciones destinadas a mantener la paz en la región árabe.
La relevancia que ha adquirido Qatar como país clave en la paz entre Oriente y Occidente quedó patente el pasado 29 de febrero, fecha en la cual se firmó en su capital, Doha, el histórico acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes de Afganistán que conlleva la retirada de las fuerzas estadounidenses del país y el compromiso talibán de un alto el fuego y no realizar ataques desde territorio afgano a otros países.
Distintos medios internacionales destacaron la firma del histórico acuerdo en Qatar, cuyo gobierno desempeñó un papel esencial, no tanto como sede de la firma sino como mediador junto a otros actores internacionales. El emirato ha contribuido a la conquista del acuerdo actuando en diversos ámbitos, desde la representación gubernamental a organizaciones como el centro de estudios sobre conflictos y cuestiones humanitarias del Instituto de Doha, que ha marcado una hoja de ruta para las negociaciones.
Qatar ha logrado una importante influencia internacional, impulsando acciones destinadas a mantener la paz en la región y ha asumido el rol de mediador tanto regional como entre Oriente y Occidente, pese a que su situación geopolítica le haya ocasionado conflictos con países vecinos, principalmente por sus buenas relaciones con Irán, rival de Arabia Saudita.
Precisamente, su interlocución con el régimen de Teherán le convierte en el mejor mediador entre Irán y Estados Unidos, país con el que también mantiene buenas relaciones en todos los ámbitos desde el económico hasta el militar.
Lo establece la Constitución
El artículo 7 de la Constitución catarí señala que “la política exterior del Estado versa sobre el principio del fortalecimiento de la paz y seguridad internacional, mediante el fomento de la resolución pacífica de controversias internacionales, y el apoyo del derecho a la libre determinación de los pueblos, y abstenerse de la injerencia en los asuntos internos de los Estados, y la cooperación con las naciones amantes de la paz”.
Basándose en este texto constitucional, las autoridades cataríes subrayan que el compromiso del país con el diálogo entre naciones es firme. En el acto de la firma en Doha entre EEUU y los talibanes, el ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, Sheik Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, expresó que su país continuará desempeñando un papel en la reducción de los conflictos en Oriente Medio “porque creemos en el poder del diálogo y el compromiso”.
De hecho, Qatar ya ha participado, aunque no siempre con éxito, en negociaciones en Yemen, Sudán, Libia, Eritrea, Etiopía, Líbano, Palestina y Darfur. Su diplomacia se basa en mantener buenas relaciones con las principales potencias internacionales, de forma prioritaria con Estados Unidos, y, a la vez, posicionarse como mediador y actor clave en negociaciones regionales.
Política exterior proactiva
Practicando una política exterior proactiva, a nivel mundial, ha conseguido que esa mediación internacional sea también una palanca de crecimiento e internacionalización para Qatar.
Esta política exterior cuenta con activos que le otorgan un status como las inversiones financieras mundiales, a través del Fondo Soberano de Inversión de Qatar; y el patrocinio de eventos deportivos, intelectuales y culturales. En este sentido, el Foro de Doha, que se celebra desde el año 2000 en la capital de Qatar y en el que participan más de 100 países, ya es considerado como el ‘Davos’ de Oriente Medio.
En su última edición celebrada en diciembre de 2019, el emir Tamin bin Hamad Al Thani puso énfasis en el incremento de problemas a nivel global como la pobreza, las guerras y el cambio climático:
“No hay duda de que la humanidad está atravesando muchos desafíos difíciles, pero también hay una abundancia de bondad en la que se puede confiar. Por lo tanto, todos debemos conmemorar la bondad y los logros humanos donde sea que se encuentren”, afirmó en su intervención.
La diplomacia de Qatar intentará ahora negociar y levantar el bloqueo que Bahréin, Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos mantienen al país desde junio de 2017. Estos Estados vecinos acusan a Doha de financiar el terrorismo y demandan que Qatar rompa relaciones diplomáticas con Irán.
Qatar niega esas acusaciones y ha denunciado que esos países del Golfo intentan violar su soberanía. Sin embargo, ahora se han empezado a dar los primeros pasos para la reconciliación después de un encuentro en Roma con Arabia Saudí el pasado mes de octubre y la invitación a Qatar a participar en la 40º edición del Consejo de Cooperación del Golfo celebrada en diciembre.
(Con información de Deutsche W