El Príncipe Felipe de Inglaterra vino a Venezuela invitado por el entonces Presidente Rómulo Betancourt, como un acercamiento para intentar un acuerdo sobre el Esequibo.
El Político
Cuando millones de personas lamentan la muerte del Príncipe Felipe, es evidente que fue gran apoyo para la corona británica. El consorte británico jugó un papel interesante en la lucha por resolver el conflicto territorial del Esequibo. Como es conocido, en ese momento era la Guayana .
Marcos Falcón Briceño la gestionó
En este visita jugó un papel especial el doctor Marcos Falcón Briceño,un ilustre venezolano que, como canciller de Rómulo Betancourt, se dirigió a las Naciones Unidas el 12 de noviembre de 1962 para denunciar el Laudo Arbitral de 1899.
“Figúrense ustedes que cuando se dictó el Laudo Arbitral en París el 3 de octubre, en Venezuela había estallado una revolución y estaba a diecinueve días de Caracas, la capital. Yo podría decir –y eso es histórico– que, en esos momentos, en 1899, casi no teníamos gobierno. Claro que esto no es culpa de la Gran Bretaña. Sino que es nuestra culpa, pero lo digo para pintar el ambiente en momentos en que se estaban dilucidando estas cosas”, declaró Falcón Briceño.
Contexto político complicado
Estas son palabras explicativas sobre la situación con la entonces Guayana Inglesa.
En un doloroso contexto político se dictó el Laudo Arbitral que le arrebató a Venezuela “un territorio muy extenso e importante, sobre el cual Gran Bretaña no tenía, en mi opinión, la menor sombra de derecho”, como lo afirma Severo Mallet-Prevost en memorando del 8 de febrero de 1944 y publicado, post mortem, en julio de 1949 en The American Journal of International Law.
Una historia dolorosa
Esta historia dolorosa para los venezolanos cambia de rumbo a partir del histórico discurso de Marcos Falcón Briceño en su intervención ante la ONU el 12 de noviembre de 1962.
Falcón Briceño señaló las razones de la nulidad del Laudo Arbitral de París de 1899. Gracias a esto, el Reino Unido aceptó conversar sobre la reclamación venezolana. El prestigio del presidente Rómulo Betancourt y de su canciller le dio peso a la posición venezolana.
Y la Reina mandó a Felipe
En este contexto negociaron la visita de un alto funcionario de la Corona Británica, para profundizar los lazos de amistad, con un gobierno democrático azotado por la izquierda marxista.
Es así como el bien disciplinado Príncipe Felipe viene a Venezuela en 1982 y es objeto de grandes atenciones, visita al Campo de Carabobo, y conversaciones. En su gira pasó por El Salvador.
En esa visita se gestó el Acuerdo de Ginebra
La clara posición de los gobiernos de Rómulo Betancourt y de Raúl Leoni (y de sus respectivos cancilleres Falcón Briceño e Iribarren Borges) fueron determinantes en la firma del Acuerdo de Ginebra.
Venezuela contó con el apoyo de cuatro hombres de Estado, es decir, con un liderazgo civil que poseía autoridad intelectual, ética y política.
Cuando Marcos Falcón Briceño pronunció las palabras de apertura en la sesión de la ONU del 12 de noviembre de 1962, el presidente de Venezuela era Rómulo Betancourt, que lideraba un gobierno en camino a consolidar la democracia.
Contribuyó a enfrentar al castrismo
Para ello, tuvo que enfrentar -y derrotar- los sucesivos ataques del castrismo contra Venezuela, que deseaba apoderarse de nuestro petróleo.
El sistema político gozaba de prestigio y las Fuerzas Armadas apoyaban sin vacilar al gobierno y a la democracia. La voz del canciller tenía el respaldo de un país unido sobre un tema estratégico de interés general.
Durante el gobierno de Raúl Leoni, el canciller Ignacio Iribarren Borges suscribe el 17 de febrero de 1966 el Acuerdo de Ginebra. (A los tres meses de la firma, la Guayana Británica se independiza de Gran Bretaña y cambia el nombre por Guyana).
Buscaba un arreglo práctico y satisfactorio
Este acuerdo busca un arreglo “práctico y satisfactorio” de la disputa y constituye uno de los mayores éxitos de nuestro país en la defensa de su integridad territorial, Así lo afirma Ramón Escovar León en El Nacional, de julio de 2020.
"La disputa con Guyana atañe al más elevado interés estratégico nacional. Es un asunto de Estado que no puede manejarse sobre la base de dogmas ideológicos e interese políticos particulares y excluyentes".
El invitado de Rómulo Betancourt
Es momento de que la dirigencia política conozca y reconozca la estrategia sobre el Esequibo de Marcos Falcón Briceño, el canciller de Rómulo Betancourt.
Y en ese plan acudió a Venezuela el Príncipe Felipe, cuya participación permitió los pasos más importantes para un acuerdo en el Esequibo.