El tratamiento de la "ley ómnibus", la situación del Gobierno a casi dos meses de asumir, ¿el Presidente conserva su imagen positiva?, ¿cómo seguirá gobernando aún con los desajustes internos que trascienden? y cuál será el trato con los gobernadores a partir de este nuevo contexto fueron algunos de los interrogantes planteados al analista político Sergio Berensztein en un diálogo que mantuvo con EL LIBERAL.
¿Cuál cree que es el principal problema que tiene este Gobierno en estos 45/50 días de gestión?
Creo que el principal problema del Gobierno es que todavía no muestra una estrategia antiinflacionaria, en parte porque no puede porque quiere que los precios relativos se acomoden antes de lanzar un plan, no puede, no quiere, no renuncia a la dolarización y al mismo tiempo no están las condiciones para dolarizar y tampoco sabemos si puede dolarizar justamente por los acuerdos con el FMI. La principal fortaleza del gobierno es su principal debilidad y justamente esta idea que la economía va a mejorar va a prosperar este año es lo que cree el 44% de la población. Para eso tiene que bajar la inflación. Milei va a ser recordado para bien o para mal, es mi hipótesis personal, no tanto por la profundidad de su digamos proclamada revolución, cambio de régimen, sino mucho más por si es capaz de bajar la inflación o no. Si no hay una baja en la inflación, le va a resultar muy difícil avanzar en el resto de la agenda y todavía quedan dudas de cuándo y cómo lo va a lograr.
¿Qué reflexión surge luego de estas dos semanas de debate de la "ley ómnibus" y su aprobación en general?
Este debate expuso buena parte de las cosas que sabíamos de la política argentina y otras nuevas. Hubo una reconfiguración del orden partidario en estas elecciones. Se eligió un presidente sin partido, una derrota de las dos grandes coaliciones que habían gobernado la Argentina desde el 83 hasta la fecha. Pero es interesante marcar que tanto dentro como fuera del Congreso hubo muchas continuidades. En primer lugar, fuera del Congreso los grupos de siempre buscando generar todo tipo de disturbios, parálisis, incluso dentro del Congreso diputados sobre todo de Unión por la Patria y de la Izquierda que trataron de frenar la sesión como en diciembre de 2017 cuando se debatió la nueva fórmula del cálculo de las jubilaciones, típicos estertores de un sistema que todavía no murió por más que efectivamente nació esta nueva opción llamada La Libertad Avanza.
Pero dentro, prevaleció una lógica de negociación política que también forma parte de las viejas prácticas, pero que en este caso es positivo porque había una postura muy dogmática del Gobierno. Lo que hemos visto con innumerables negociaciones es un Gobierno cediendo. Hay dos maneras de mirar esto. Por un lado hay parte de la gente que dice el Gobierno cede y se desvirtúa el espíritu de la norma. En el Gobierno, es la interpretación contraria: Obtuvieron buena parte de lo que buscaron. Fueron por todo para obtener una parte. Entre el DNU y esta ley, el Gobierno pudo avanzar en aquello que quería que era marcar una bandera de hacia donde quiere que la Argentina se dirija.
Con las concesiones que hubo, ¿el Gobierno de Milei será el que él proyectó o el "posible"?
Primero hay que entender que va a haber nuevas concesiones en el Senado, que esto no se acaba. Sobre todo por la postura de algunos gobernadores de pretender allí, coparticipar los ingresos del impuesto Pais. Esta pelea, va a continuar. En la medida que el Gobierno no presente un plan fiscal, una reforma tributaria integral, y mientras no haya presupuesto, vamos a estar en esta puja de recursos. Hay que mirar esto como un primer paso, una estrategia de Gobierno que obtuvo instrumentos muchos más contundentes, cuando uno lo compara con otros y le da margen de maniobra en el primer año para mostrar resultados.
¿El Gobierno aún sigue contando con un respaldo fuerte de la ciudadanía que lo votó?
Los datos que nosotros recabamos con el monitor, ponen de manifiesto que el gobierno todavía tiene mucho apoyo. Siempre ocurre que ante un triunfo, hay un sector que no lo votó de la sociedad que tiende a acompañar y es el primer sector que tiende a abandonar ese acompañamiento. Es probable que eso se esté dando, pero sigue siendo Milei uno de los políticos con mejor imagen, sigue habiendo una relativa confianza en el Gobierno. Todavía no veo que haya síntomas contundentes de que se haya resquebrajado el apoyo de los votantes en segunda vuelta a Milei.
¿Cómo ves el devenir del Gobierno aún con sus desajuste internos?
Lo que hay que entender es que todos los nuevos gobiernos tienen una curva de aprendizaje, que tienen diferentes dimensiones pasa por el funcionamiento interno, la comunicación, hay una dinámica que corresponde simplemente al Presidente, otra a la forma de funcionar que tiene el Gobierno. Cuando son ex gobernadores o gente que tuvo alguna experiencia de gestión suele ser más sencillo. En el caso de Milei él tiende a cerrarse en un círculo muy íntimo. Son los primeros pasos de un gobierno recién llegado, que enfrenta una crisis muy aguda y que se ve asimismo como transformacional, con vocación de instalar un nuevo régimen económico político y eso, necesariamente, requiere tiempo hasta que se establece una dinámica de funcionamiento interno. En el interín siempre hay líos, pujas por el poder, es lo normal en la política en todos lados.