El presidente ruso Vladimir Putin culpó este miércoles a Europa de la crisis del gas, ya que no suscribió suficientes contratos de entrega a largo plazo con Rusia, lo que favorece el aumento de los precios.
El Político
Los europeos "cometieron errores" dijo Putin en una reunión televisada con los dirigentes del sector energético ruso.
Añadió que "toda la política (europea) consistió en salir de los contratos a largo plazo y hoy parece absolutamente obvio" que esa posición "era errada", agregó.
Lo cierto es que el aumento de la demanda y la escasez de existencias en el mundo son las razones de la subida de precios en Europa, reportó Rfi.
Esta situación está creando una ganancia inesperada para los especuladores: el precio se acerca ahora a los 2.000 dólares por 1.000 metros cúbicos. Esta cifra es más de diez veces superior al precio medio registrado el año pasado.
Según algunos analistas, esta aceleración de los precios se explica, en particular, por un movimiento de pánico y miedo por parte de los inversores al acercarse el invierno en el hemisferio norte. También apuntan a la fuerte demanda asiática, especialmente de China, y a la rápida recuperación de la economía mundial tras la crisis sanitaria.
Una coincidencia de varios factores
Jan Horst-Keppler, profesor de economía de la Universidad de París Dauphine, señala que la sequía en algunos países y el aumento de las temperaturas han provocado una mayor demanda de aire acondicionado. Además, los embalses se han agotado por los largos y duros inviernos en algunas partes del mundo.
El especialista también explica la falta de existencias en Europa por las interrupciones en la cadena de valor del gas que han afectado a algunas terminales y centros de producción.
Las obras programadas en algunos gasoductos noruegos, en particular, han interrumpido el suministro de gas, reduciendo la producción de gas natural disponible.
"Creo que realmente nos encontramos en una situación desafortunada que es la coincidencia de varios factores más que una gran razón subyacente", afirma Jan Horst-Keppler.
El actual aumento de los precios de la energía en Europa es ciertamente único y brutal, pero no es cíclico, según Thierry Bros, profesor de Sciences-Po y especialista en cuestiones energéticas, para quien las políticas de transición energética en Europa son incoherentes.
"El precio es alto porque los políticos europeos nos habían explicado que el gas y el petróleo ya no eran energías esenciales. Representan más del 50% de la combinación energética. Cuando vuelve la demanda, si no hemos invertido lo suficiente, los precios suben”, recalca.
Y advierte: la subida del precio de la gasolina durará varios meses, al entrar en el invierno. Por tanto, hasta finales de 2022 no volveremos a ver precios más razonables.
Primeras divisiones
Ante el temor de que la factura energética socave la recuperación, ha prometido que habrá propuestas la semana que viene, pero no se esperan grandes cambios.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, avanzó que pueden tomarse medidas a corto plazo, como el almacenamiento del gas o fijar un tope en los precios. Pero insiste que el gas no es el futuro, y anima a que los países aumenten las renovables, informa desde Bruselas Esther Herrera, corresponsal de RFI.
Alemania, por su parte, aunque también ha sufrido un aumento de precios, cree que aún no es el momento de tomar medidas intervencionistas.
La crisis, sin embargo, es que cada vez más aguda, con varios países temiendo manifestaciones masivas, como las de los chalecos amarillos por el aumento de precios. Además, hay dudas de cómo todo puede afectar a la apuesta de las energías renovables.
Los líderes europeos abordarán la cuestión del gas y la electricidad en una reunión a finales de mes en Bruselas, con el objetivo de llegar a una solución cuanto antes.
Entretanto, franceses y los españoles por ejemplo han previsto medidas de amortiguación de precios; también hablan de reformar el mercado interior europeo de la energía, que vincula los precios de la electricidad a los del gas. La desvinculación beneficiaría a los países con una gran cuota de energía nuclear, como Francia, pero no haría nada por Polonia, que sigue dependiendo en gran medida del carbón. Y esto augura problemas a largo plazo.
Alemania, por su parte, confía en el controvertido gasoducto Nord Stream 2 para el suministro de gas ruso, que no resolverá los problemas geopolíticos de la dependencia energética de Europa.
La Comisión aboga por las energías renovables, pero este año no ha podido contribuir a amortiguar los precios debido a las bajas temperaturas de la primavera y a la falta de viento para la energía eólica. Así pues, el tema de la energía nuclear vuelve a estar en la agenda europea, pero provoca profundas divisiones entre los 27.
Europa es la responsable, dice Putin
También se ha señalado a Rusia como responsable del alza del precio del gas. Los europeos sospechan que Moscú está reduciendo el suministro de gas a través de Ucrania para poner en marcha Nord Stream 2 lo antes posible.
Un análisis que el Kremlin rechaza de plano, informa nuestra corresponsal en Moscú, Anissa El Jabri. Para Vladimir Putin, la propia Europa es responsable de la crisis del precio del gas. Su error, dice, es su estrategia sobre los contratos a largo plazo. El miércoles, el portavoz del Kremlin insistió:
"Rusia no puede desempeñar ningún papel en el mercado europeo del gas”. El mes pasado, el Kremlin insinuó de todos modos que la puesta en marcha del Nord Stream 2 ayudaría en la crisis energética de Europa.