Las autoridades de Brasil está tratando de contener un alarmante brote de fiebre amarilla, el peor en décadas, que ya ha matado a 40 personas en menos de un mes.
El ministerio de Salud del país anunció un refuerzo de 11,5 millones de vacunas adicionales para evitar que el problema se convierta en una epidemia.
En lo que va del año ya se confirmaron más de 70 casos de fiebre amarilla en al menos cuatro estados, Bahía, Esprito Santo, Sao Paulo y Minas Gerais, este último, con diferencia, el más afectado.
Además de los enfermos y muertos ya confirmados, las autoridades investigan cientos de posibles casos de contagio.
Las cifras son alarmantes teniendo en cuenta que en todo el año anterior solo hubo siete casos de fiebre amarilla, que causaron cinco muertes.
Con información de BBC Mundo