La frase que se quedó resonando en Westminster fue la del fiscal general Geoffrey Cox, que se ganó un abucheo general cuando proclamó con su voz de barítono: "Este Parlamento está muerto…Este Parlamento no tiene derecho moral para volver a sentarse y tiene que tener el coraje de aceptar unas elecciones generales".
El Político
La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha generado “un bucle político del que es imposible salir”, expresó la diputada laborista Angela Rayner en el encendido debate, del cual se hace una síntesis.
El problema del brexit se resolvería convocando elecciones en el RU. Pero como las ganarían los conservadores el Parlamento las bloquea, generándose un bucle político del que es imposible salir. Pero si Johnson dimitiese, sumiendo a su partido en una nueva crisis política, veríamos como Corbyn se prestaría a convocarlas. En estos foros veo un gran movimiento de opinión muy animado para expulsar a los británicos de la UE, algo paradójico pues precisamente votaron por la salida en el referéndum y esa es la posición del partido conservador y de parte del laborista. Pero no seamos tan ingenuos, pues quien admite y echa países de la UE no somos nosotros sino el eje franco-alemán, donde ahora parecen mandar los franceses. El resto hacemos lo que nos dicen. Y por eso quieren irse los británicos.
El drama del Brexit volvió a su escenario natural, el Parlamento británico, y Boris Johnson interpretó el papel de víctima tras haber perdido la batalla ante el Tribunal Supremo, al que acusó de interferir en cuestiones políticas. Johnson regresó de Nueva York al caos creado por su decisión "ilegal" de cerrar Westminster, acusó a los parlamentarios de sabotear el Brexit y de "traicionar" a los británicos y retó finalmente a la oposición laborista a presentar una moción de censura.
La sesión en la Cámara de los Comunes resultó tan explosiva como la del 9 de septiembre, el día en que Boris Johnson ordenó la suspensión temporal del Parlamento durante cinco semanas, con la autorización de la Reina. El "premier", que solo ha aparecido cinco veces ante el Parlamento en sus dos meses de mandato, confiaba en no tener que volver las caras a los diputados hasta el 14 de octubre, pero el dictamen del Supremo le obligó a cambiar de planes, horas después de su encuentro con el presidente Donald Trump en Naciones Unidas.
"Bienvenidos de vuelta al trabajo", proclamó el speaker John Bercow en la reanudación de las sesiones del Parlamento, en medio de aplausos en los escaños de la oposición. Bercow agradeció la disposición de los diputados para volver a sus puestos en cuestión de horas y no tardó en emplearse a fondo con sus famosas llamadas al "orden".
En ausencia de Boris Johnson, que llegó más tarde, la ira parlamentaria se descargó de entrada contra el fiscal general Geoffey Cox, entre reiteradas peticiones para que haga público el "consejo legal" que dio al Gobierno sobre el cuestionado cierre parlamentario. Según revela The Times, Cox estipuló que "no había nada ilegal ni inconstitucional" en la decisión de cancelar las sesiones durante un período extremadamente largo, antes del tradicional Discurso de la Reina.
Cox mostró de entrada la disposición del Gobierno a "aceptar la decisión imparcial del Tribunal Supremo" y se negó calificar el veredicto como "un golpe constitucional", tal y como declaró el portavoz del Partido Conservador en el Parlamento, el ultraconservador Jacob Rees-Mogg. Pero el fiscal general fue subiendo de tono, acabó diciendo que el Parlamento es "una vergüenza" y acabó emitiendo su particular certificado de defunción.
Por la tarde le llegó el turno al premier Boris Johnson, adoptó de entrada un tono altivo y desafiante. "Quiero cumplir el Brexit y quiero hacerlo el 31 de octubre", recalcó, no sin antes recordar que 17,4 millones de británicos votaron a favor de la salida de la UE, "más de los que ha votado nunca a ningún partido político".
"La gente no quiere más retrasos", advirtió el premier. "La gente no quiere un segundo referéndum; lo que quiere es que se cumpla el resultado del primero". Interrumpido constantemente por los abucheos de la oposición, arropado ocasionalmente por los aplausos de su propios escaños, Johnson volvió a lanzar el guante al laborista Jeremy Corbyn y a instarle a que presente una moción de censura.
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"Este gobierno ha fallado a los británicos y los británicos lo saben"
Replicó por su parte el líder de la oposición Jeremy Corbyn, que recordó cómo el Tribunal Supremo declaró "ilegal" el cierre temporal del Parlamento. "El Gobierno ha fracasado en su intento de cancelar la democracia", declaró Corbyn, que pidió a Boris Johnson que reconozca que violó la ley y que dimita.
Los gritos de "dimisión, dimisión" llenaron durante varios segundos los escaños de la oposición. Corbyn retomó la palabra e instó al premier a que pida perdón a la Reina y a los británicos por su intento fallido de cerrar el Parlamento. El líder laborista no confirmó si presentará una moción de censura, pero replicó así al reto de unas elecciones anticipadas: "Autorice la extensión del Brexit durante tres meses y tendrá las elecciones".
LA Reina engañada
La líder liberal demócrata Jo Swinson acusó también a Johnson de haber "engañado" a la Reina en el momento de pedir su autorización para cancelar el Parlamento y adelantó su intención de forzar la extensión del Artículo 50 lo antes posible. En un nuevo intento concertado, las fuerzas de la oposición planean dar un nuevo ultimátum a Johnson la próxima semana -sin esperar al término de la cumbre europea del 19 de octubre- para lograr un acuerdo con Bruselas o prorrogar el Brexit otros tres meses.
Johnson se negó por anticipado y recalcó: "Eso es lo que ha estado haciendo el Parlamento durante tres años, retrasar el Brexit y encontrar la manera de sabotear el voto popular o la capacidad negociadora del Reino Unido, como la "ley de rendición" que pretende dejar fuera de la mesa la posibilidad de un no acuerdo… Yo soy el primer interesado en que se produzca un acuerdo y se han producido sustanciales avances en las últimas semanas. Pero lo que tenemos que hacer es avanzar hacia delante, salir de la UE y pensar más allá del Brexit".
Johnson provocó la indignación unánime en la oposición al proclamar que culminar el Brexit será "el mejor homenaje" a la diputada Jo Cox, asesinada días antes del referéndum de la UE por el ultraderechista Thomas Mair y a los gritos de "Britain First!".
En las dos horas del turno de preguntas, Johnson se enzarzó en una guerra dialéctica con la oposición El ‘premier’ fue duramente criticado por la diputada la laborista Angela Rayner por "su actitud beligerante y arrogante", mientras que la diputad verde Caroline Lucas le acusó de "tratad con desdén al Parlamento y crear división en la poblaciòn con su retórica populista, inapropiada para su cargo y seriamente peligrosa"
En una democracia, es en el parlamento donde reside la soberanía del pueblo. Este Boris es un dictador. Ojalá le echen y le manden a la cárcel por incumplir la ley cerrando ilegalmente el parlamento.
Yo no quiero que se vayan. Su economía es muy complementaria con la española y son los únicos que respetan las inversiones españolas y que están a favor de la economía de mercado. Iberdrola, Santander, Acciona y Tenefonica no han tenido ningún problema para invertir en el RU. En el resto de Europa sí lo han tenido. En su momento Zara pasó por un viacrucis para poder abrir en Francia. En Italia al BBVA le bloquearon la adquisición de la Banca Nazionale del Laboro. Sólo por poner ejemplos.
El Tribunal Supremo consideró por unanimidad que el cierre ordenado por el Premier Johnson es “ilegal y tiene un efecto extremo sobre los fundamentos de la democracia”
El primer ministro británico, Boris Johnson, estará presente hoy en la reapertura del Parlamento, cuyo reinicio de actividad en la Cámara de los Comunes y los Lores responde a la sentencia del Supremo del Reino Unido que ha considerado ilegal el cierre ordenado por Johnson.
El funcionario suspendió su presencia en la Asamblea General de la ONU en Nueva York para regresar de urgencia a Londres al conocer el veredicto de la Corte de su país.
Johnson afirma que “respeta aunque no comparte” la decisión del Supremo, y no ha revelado si pedirá otra suspensión. La resistencia dentro del Parlamento a los planes del gobierno de dejar la Unión Europea (UE) el 31 de octubre, con o sin acuerdo, motiva el interés de Johnson por neutralizar a los Comunes el máximo tiempo posible. El primer ministro se ha negado a decir también si va a renunciar y si considera que ha puesto en un aprieto a la Reina Isabel II con la suspensión del Parlamento.
El speaker o presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, celebró de inmediato la decisión judicial y anunció que los diputados se reunirán este mismo miércoles en sesión de urgencia y recuperarán sus escaños. En circunstancias normales, este día de la semana debería celebrarse una sesión de control al Gobierno para la que no hay nada preparado.
A cambio, Bercow prometió luz verde para cualquier debate de emergencia que la oposición quiera plantear.
Enfrentamiento con los parlamentarios
Además, Johnson ha insistido en su deseo de convocar elecciones, que ya expresó semanas atrás cuando percibió la resistencia que llegaba desde el Parlamento a sus planes para el Brexit, escollo que se tradujo en una ley que impedía la posibilidad de una salida abrupta y forzaba al Premier a pedir un aplazamiento de tres meses para la salida de la UE.
Frente a ese reclamo de comicios, el líder del partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha reaccionado afirmando que está de acuerdo en que se celebren, pero después que el Brexit duro quede descartado. Lo cierto es que la cabeza de la oposición teme que Johnson obtenga un buen resultado, las encuestas pronostican un 35% de los votos para los «tories», que le permita seguir adelante con su proyecto.
Isabel II se ha visto enredada en el torbellino del Brexit aprobando a finales de agosto la decisión de Johnson de suspender el Parlamento desde la segunda semana de septiembre hasta el 14 de octubre, es decir, poco antes de la fecha de salida de la UE, fijada para el 31 de octubre. Esta decisión ha desencadenado una tormenta política, porque la suspensión deja muy poco tiempo a los numerosos diputados que se oponían a un Brexit duro para lograr detenerlo.
Piden su dimisión
Johnson negó que la derrota judicial demoledora que ha sufrido pueda hacer insostenible su posición y que pueda incluso forzar su dimisión, pero en las últimas horas se han acumulado las peticiones de todos los sectores para que renuncie.
El anuncio del Supremo ha sido recibido con regocijo en buena parte de la vida política británica, contraria a los planes para el Brexit de Johnson. El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha afirmado: —Invito a Boris Johnson a considerar su posición. Y a convertirse en el primer ministro más corto de la historia.
También ha sido respaldada por la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, y por el líder del Partido Liberal Demócrata, John Swinson, quien expresó: “Se confirma lo que ya sabíamos: Johnson no está preparado para ser primer ministro. Mintió a la Reina y al país”.
Decisiones anteriores
El 4 de septiembre, el Tribunal de Sesiones de Edimburgo, Escocia, rechazó la moción presentada por 75 diputados británicos de diferentes partidos, entre los que se encontraba la líder de los liberal demócratas, Jo Swinson, para detener la suspensión del Parlamento británico. La decisión del juez fue que prefiere dejar que el tema se resuelva en el ámbito político.
—No se ha producido ninguna violación del Estado de derecho. El Parlamento es dueño de sus propios procedimientos y le corresponde a él decidir cuándo se reúne, además de que podrá hacerlo antes y después de la prórroga —dijo Lord Doherty, el magistrado encargado del caso.
El 6 de septiembre, el Tribunal Superior de Londres desestimó la demanda presentada por la empresaria y activista anti-Brexit Gina Miller contra la suspensión excepcional de las sesiones parlamentarias dictada por el primer ministro, Boris Johnson.
Pero los jueces si autorizaron que los demandantes recurrieran al Tribunal Supremo, máxima instancia judicial del Reino Unido, el cual decidió que la suspensión es ilegal por considerar que su efecto ha sido “frustrar o prevenir la habilidad del Parlamento para ejercer sus funciones constitucionales sin una justificación razonable”.
También determina que la suspensión tiene "un efecto extremo sobre los fundamentos de la democracia".
Pese al revés judicial, Johnson ha indicado que no descarta volver a cancelar el Parlamento hasta el tradicional discurso de la Reina, previsto para el 14 de octubre.
Un tribunal joven
Los once magistrados del Tribunal Supremo, un órgano con apenas 14 años de vida y complicado encaje en la estructura política británica y presidido por Brenda Hale, eran conscientes de que su decisión en este caso haría historia. Y actuaron acorde con lo que exigen los cánones a un tribunal de garantías constitucionales: decidieron por unanimidad, argumentaron con la solvencia jurídica requerida y fueron claros en su resolución.
El dictamen, aprobado por unanimidad, amenaza con desencadenar una crisis constitucional sin precedentes entre el Gobierno y el Parlamento, y pone además en tela de juicio el papel del propio Johnson al pedir la autorización expresa de la reina Isabel II para la suspensión temporal de Westminster.
La "prórroga parlamentaria" es un procedimiento que se ha utilizado ocasionalmente a lo largo del último siglo para forzar un nuevo período de sesiones. Habitualmente, durante la celebración de las conferencias anuales de los partidos políticos en septiembre, el Parlamento funciona a media máquina o suspende temporalmente sus sesiones.
Elecciones cuanto antes
Tanto el gobierno como la oposición desean la celebración de unas elecciones generales lo antes posible. Pero por distintos motivos: Johnson porque ve cómo se le escapa a chorros el ímpetu y la popularidad con que comenzó su mandato, a principios del verano; y Corbyn cuando la estrategia de Johnson para abandonar la UE haya sido derrotada y la Cámara de los Comunes controle de un modo eficaz la situación.