“Tras un enfrentamiento armado con las fuerzas policiales, Carlos Luis Revette, alias ‘El KoKi’, fue abatido. Seguimos buscando a sus cómplices”, escribió el martes en Twitter el ministro del Interior de Venezuela, Remigio Ceballos.
El Político
Hubo decenas de fugitivos tras las redadas. Los carteles de “se busca” ofrecen 20.000 dólares por los miembros de las bandas callejeras y 500.000 dólares por los presuntos líderes de las “mega” bandas. Había una recompensa de medio millón de dólares por la captura de Revette.
Las autoridades informaron que murió en el estado venezolano de Aragua, en una zona rural al suroeste de Caracas. Revette, que también era conocido como “Coqui” o “Coki”, acababa de celebrar su 44º cumpleaños mientras estaba prófugo después de las redadas en las comunidades de La Vega y Cota 905, reportó Local10.
"El Koki", delincuente venezolano
Revette desarrolló una reputación de benefactor después de demostrar ser violento mientras crecía con la pandilla callejera “Los Chinches” y como pupilo de confianza de Jesús “El Chavo” Ramos, quien tramó la consolidación de las pandillas, según Insight Crime.
Después de que Ramos fuera asesinado en 2015, Revette tomó el mando y negoció la expansión de la organización criminal que tenía presuntas conexiones con policías corruptos y una estructura jerárquica organizada, según Insight Crime.
La “megabanda” se beneficiaba de los secuestros, la extorsión, los robos, los asaltos a vehículos y el tráfico de drogas. Fermín Mármol García, criminólgo venezolano, dijo que Revette pasará a la historia de Venezuela como un notorio criminal.
Se mantiene activa la Operación Indio Guaicaipuro II 2022, en Edo Aragua, con nuevas detenciones y tras enfrentamiento armado contra las fuerzas policiales, resultó abatido Alias el KoKi, Carlos Luis Revette CIV 14.388.022, seguimos tras la búsqueda de sus cómplices. pic.twitter.com/URBst5KedM
— @FuerzaDinamica Remigio Ceballos Ichaso (@CeballosIchaso1) February 8, 2022
"El Koki" lideraba poderosa organización criminal
Las autoridades venezolanas pregonaron esta semana que una poderosa organización criminal que había gobernado asentamientos ilegales en las colinas del suroeste de Caracas había recibido un golpe.
Un tiroteo entre bandas en julio en la infame cárcel del Helicoide provocó una respuesta de mano dura. Una rápida operación militar-policial puso fin a un acuerdo de “zona de paz” de 2017 con las bandas urbanas.
Mármol García dijo que el acuerdo permitió a los líderes de las “mega” pandillas dirigir microestados en la capital con impunidad durante años. Las autoridades se hartaron.