El partido nacionalista Istiqlal, el más antiguo de Marruecos y uno de los históricos del mundo árabe, vive actualmente una de sus peores crisis internas que hace peligrar su entrada en el nuevo gobierno que el islamista Abdelilah Benkirán busca desde hace casi tres meses.
El partido ha celebrado hoy una reunión extraordinaria de su consejo nacional (órgano legislativo) para estudiar tomar medidas contra numerosos críticos que han pedido la dimisión del actual secretario general, Hamid Chabat.
Chabat, que no pudo contener sus lágrimas en su intervención, dirigió en este acto duras críticas a sus detractores a quienes calificó de "traidores" en medio de aplausos y gritos de apoyo de cientos de sus simpatizantes en la sede del partido.
Más de cuarenta "barones" del Istiqlal, que boicotearon el acto de hoy, firmaron anteayer un comunicado tempestuoso con la intención de tumbar a Chabat por sus últimas declaraciones en las que calificó a Mauritania como parte del territorio histórico marroquí y creó de paso un problema diplomático al país.
Sus declaraciones sentaron muy mal a Mauritania, y el conflicto bilateral fue aparentemente desactivado con una llamada del rey Mohamed VI al presidente mauritano, Mohamed uld Abdel Aziz, más el envío por parte del rey de Abdelilah Benkirán, hasta Mauritania para "corregir" el desliz de Chabat.
El incidente con Mauritania ha destapado una crisis que se venía gestando dentro del partido en los últimos años entre el sector afín a Chabat y los dirigentes históricos.
Para el historiador marroquí Mostafa Boaziz, la crisis actual del Istiqlal, fundado en 1944, no es sino una de las manifestaciones de la decadencia de los partidos históricos en Marruecos.
"Actualmente los partidos del "movimiento nacional" -que dominaron el ámbito político entres los años setenta y noventa- están viviendo una época de vulnerabilidad al haber perdido su posición como principales actores políticos en el país", dijo Boaziz a Efe.
Con información de EFE