El primer ministro del denominado Gobierno del unidad de Libia, Mohamad Fayez al Serraj, lamentó las luchas intestinas en el país por el control del petróleo y aseguró que su gabinete hará lo posible para "evitar una guerra civil".
En una entrevista publicada este miércoles en el diario francés "Le Figaro", Fayez al Serraj se pronunció acerca del control del petróleo en el complejo panorama de su país, escindido en dos Gobiernos, uno en Tobruk elegido en 2014 y reconocido por la comunidad internacional, y otro en Trípoli, apoyado por UE y la ONU, pero que carece de dicho reconocimiento.
El primer ministro libio, que se reunió este martes en París con el presidente de Francia, François Hollande, opinó en "Le Figaro" acerca de la conquista de importantes puertos petroleros llevada a cabo por milicias leales a las autoridades de Tobruk y dirigidas por el general Jalifa Hafter.
"El petróleo es un bien para todos los libios y debe preservarse de cualquier tipo de conflicto. Nosotros (Gobierno de unidad nacional) intentamos hoy encarar esta situación positivamente para evitar una guerra civil (…) Sea cual sea la fuerza presente en los campos petrolíferos, ésta ha de estar bajo la tutela del Consejo presidencial", demandó Fayez al Serraj.
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El dirigente constató que hay obstáculos en las negociaciones con Tobruk y reconoció que hay agentes políticos que solo desean "el fracaso" del Gobierno de unidad nacional.
Esta misma semana, un grupo de países volcados en buscar una solución al conflicto libio, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Egipto, Arabia Saudí, España o Argelia, abogaron por que las autoridades que dependen del Ejecutivo de Fayez al Serraj sean las únicas a cargo de controlar la producción y los ingresos petroleros.
Del conflicto con la rama libia del Estado Islámico (EI), que llegó a controlar importantes puntos del país, Fayez al Serraj se congratuló por haber expulsado a la mayoría de los yihadistas, aunque avisó que los esfuerzos "tienen que continuar y no solamente en Libia" para que el EI no resurja.
El país norteafricano es también un punto de tránsito para los cientos de miles de inmigrantes procedentes de países como Sudán o Eritrea y cuya meta son las costas de Italia.
"Hay algunos países europeos que quieren que los inmigrantes se queden en nuestro suelo. Pero eso no será posible ni sostenible, teniendo en cuenta nuestra demografía", alegó.
Libia se considera un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que hace cinco años la comunidad internacional apoyara el alzamiento rebelde en Bengasi y contribuyera militarmente a la caída del largo régimen dictatorial de Muamar al Gadafi.
Con información de EFE