El genocidio está arraigado a la discriminación por raza, religión o creencias. Durante la historia humana son muchos los actos de genocidio que han ocurrido. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se entiende por genocidio cualquier acto que busque la aniquilación, sometimiento, lesión y/o traslado a la fuerza de la totalidad o parcialidad de un grupo de personas de una nación, etnia, raza o religión especifica.
El Político
Este 9 de diciembre de 2020 se celebra el Día para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y su Prevención, así como el septuagésimo aniversario de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, el primer tratado de derechos humanos aprobado por la Asamblea General de la ONU.
Todos los países de la ONU están obligados a prevenir y castigar este delito contra la humanidad
Los actos genocidas no se detonan por las diferencias de opiniones de las personas, es decir, no se trata en sí mismo de la diferencia cultural, sino que está más arraigado a la discriminación de una facción.
Entre ellos, matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o mental; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; traslado por la fuerza de niños de un grupo a otro grupo.
La Convención es la afirmación del compromiso de la comunidad internacional de "nunca más" y proporciona la primera definición jurídica internacional de "genocidio", ampliamente adoptada a nivel nacional e internacional. También establece la obligación de los Estados de prevenir y castigar el delito de genocidio.
Prevención
Para prevenir el genocidio es de importancia crucial entender sus causas fundamentales. Los conflictos genocidas responden a factores relacionados con la identidad y tienden a ocurrir en sociedades con diversos grupos raciales, étnicos o religiosos.
Lo que genera el conflicto no son las propias diferencias de identidad, sino sus consecuencias en cuanto al acceso al poder, a la riqueza, a los servicios y recursos, al empleo, a las oportunidades de desarrollo, a la ciudadanía y al disfrute de los derechos y libertades fundamentales.
Discursos que incitan al odio
En estos tiempos de redes sociales los discursos que incitan al odio tienen mayor repercusión porque se transmiten a todas las líneas de poder, cuando un político dice que "quien no vota no come", sus palabras dichas en el fragor de una lucha electoral tienen connotaciones insospechadas.
Estos conflictos son fomentados por la discriminación, los discursos de incitación al odio que promueven la violencia y otras violaciones de los derechos humanos deberían eliminarse del lenguaje político para evitar tragedias mayores.
Los genocidios más crueles
Si bien el genocidio más conocido se relaciona con el Holocausto judío, otros han afectado a la humanidad en el último siglo:
Armenia: 1915-1923
El ‘Gran Crimen’ comenzó el 24 de abril de 1915, cuando las autoridades turcas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul, y al final se ordenó la deportación de toda la población armenia. No se les dejó cargar con medios para subsistir, y la mayoría murió a causa del hambre y la sed.
Los motivos fueron las diferencias étnicas y religiosas, ya que las leyes islámicas consideraban que los no musulmanes pertenecían a una clase social inferior.
En total, entre 1915 y 1923 murieron un millón y medio de personas. El Imperio otomano también se ensañó con otros grupos étnicos: asirios, griegos, serbios.
Ruanda: 1994
En Ruanda se distinguían dos clases: los hutus y los tutsi. La distinción no respondía a criterios étnicos o religiosos, ya que no existen rasgos físicos específicos que los diferencien. Las diferencias se limitaban a cuestiones tribales y demográficas: la mayoría de la población ruandesa pertenecía a la clase hutu.
La masacre comenzó a raíz del asesinato en 1994 del presidente, general Juvénal Habyarimana, y perteneciente a los hutus. Se desencadenó una persecución contra los tutsis, y se eliminó al 75% de ellos. Se calcula que más de 800.000 personas fueron asesinadas y casi cada una de las mujeres que sobrevivieron al genocidio fueron violadas.
Tras el genocidio, la distinción entre hutu y tutsi fue eliminada del carné de identidad.
Ucrania: 1932-1933
Al método que aplicó la Unión Soviética para convertir a Ucrania en un estado satélite del régimen soviético se le conoce como Holodomor, que significa ‘matar de hambre’.
La hambruna artificial fue una técnica que Stalin provocó en más de una región adscrita a la URSS. Murieron entre 1,5 y 10 millones de personas.
A José Stalin, quien dirigió la Unión Soviética entre 1924 y 1953, se le atribuye la muerte de 40 millones de personas, entre purgas, hambrunas, colectivizaciones forzosas, depuraciones étnicas.
Camboya: 1975-1979
Los Jemeres Rojos fue el partido político que gobernó Camboya entre 1975 y 1979. Su líder, Pol Pot, abrazó la ideología maoísta de forma extrema en plena Guerra Fría, con una idea muy clara: evitar cualquier ataque aéreo por parte de Estados Unidos de América.
Con ese pretexto, la primera medida que tomó fue evacuar todas las zonas urbanas del país, y declaró a los habitantes de las urbes como enemigos del Estado. Llevó el marxismo hasta tal punto que hizo desaparecer la moneda, el mercado, las escuelas y las religiones.En dos años murieron más de dos millones de personas.
China: 1949-1969
Lo que se conoce como ‘Revolución cultural’ fue más bien un ajuste de cuentas dentro del Partido Comunista Chino, que acabó con un líder indiscutible: Mao Tse Tung, responsable de la muerte de más de 70 millones de personas.
Luchar contra el genocidio en todos sus niveles sigue siendo una tarea pendiente.
Fuentes: Unesco/ La Información
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