Dicen que el deporte une y no parece ser un tópico, a juzgar por la imagen bastante inusual que se ha produjo al comparecer en un acto institucional los cuatro monarcas juntos: los eméritos (Juan Carlos y Sofía) y Felipe y Letizia.
El motivo era presidir la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales del Deporte, que llevan sus respectivos nombres, y tuvo lugar en el Palacio de El Pardo. Entre los premiados estaban Javier Fernández, Ruth Beitia, Garbiñe Muguruza y el futbolista Andrés Iniesta. No coincidían oficialmente los cuatro Reyes juntos desde hace más de un año, el 19 de noviembre de 2015, cuando ofrecieron una cena en el Palacio Real a los monacas jordanos, Abdallah y Rania, en su visita a España, aunque dos días antes, presidieron juntos, como este lunes, la entrega de los citados premios.
Sin embargo, con ser esta una imagen poco habitual, casi más chocante resulta la relativa frecuencia con que últimamente coinciden públicamente la pareja de eméritos, ya que hace sólo un mes, el 5 de diciembre, acudían juntos a otro acto oficial, una exposición sobre Carlos III y las residencias regias.
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Más inédita todavía fue la presencia de ambos el 13 de enero pasado en el funeral por el ex banquero Jose Ángel Sánchez Asiain, ya que era de las pocas veces que se les ha podido ver a los dos acudir a un acto privado. Además de ir juntos en el coche, lucían un rostro sonriente y relajado e incluso Don Juan Carlos tuvo el caballeroso detalle de esperar a que su esposa bajase del coche para entrar con ella en la madrileña iglesia de San Fermín de los Navarros, donde se celebraba la misa.
Si tenemos en cuenta que en 2014, tras la abdicación, solo fueron pareja oficial tres ocasiones, dos de ellas funerales oficiales, el de Fabiola de Bélgica y la duquesa de Alba, y en 2015 en otras tres, llama la atención que desde la primavera de 2016, el de este lunes haya sido el sexto acto institucional que protagonizan juntos. Lo que supone que en sólo nueve meses llevan el mismo número que en los dos años posteriores a su abdicación.Un cambio de rumbo.
Otro detalle bastante significativo es que aquella imagen de Don Juan Carlos como jubilado bon vivant que tanto se prodigaba en los medios de comunicación sin Doña Sofia (en restaurantes con estrellas Michelin, toros, partidos de fútbol, regatas o viajes a enclaves paradisíacos) prácticamente se ha evaporado de unos meses a esta parte. El punto de inflexión fue este verano, cuando Don Juan Carlos acudió por primera vez desde su abdicación a Palma en vacaciones estivales con motivo del 80 cumpleaños de su hermana doña Pilar y no sólo se alojó en familia en el palacio de Marivent sino que incluso salió a navegar a solas con su esposa y sus nietos.
Lo que según un personaje próximo a la familia real tiene su explicación."La imagen de Don Juan Carlos haciendo vida de "soltero" y evidenciando que su matrimonio estaba roto, unida a la exhibición de sus elitistas aficiones, causaban bastante indignación entre los ciudadanos y levantaban muchas críticas hacia su persona, que repercutían en la Corona. Daban más que hablar las andanzas del emérito que la acción institucional de Don Felipe, por lo tanto es lógico que en Zarzuela hayan tomado cartas en el asunto", asegura este personaje que, sin embargo, duda de que esto responda a un cambio sustancial.
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"Dudo que un hada madrina haya recompuesto el matrimonio, ni que Don Juan Carlos haga ahora vida de eremita, sino que actúa con mucha mayor discreción en privado y, al menos, la imagen que recrean ambos en público es mucho más acorde con la de un matrimonio bien avenido. Lo cierto es que juntos son todavía un activo considerable para la monarquía, ya que aún gozan de aprecio popular, sobre todo Doña Sofia".
A ella, sin embargo, le ha debido resultar hoy mas difícil que de costumbre recrear ese "aquí no pasa nada" del que es consumada maestra, dada la oleada de informaciones recientemente publicadas en torno al supuesto affaire entre Don Juan Carlos y la conocida vedette Bárbara Rey hace 20 años. La prueba es que cuando han hecho aparición en el acto, mientras Don Felipe y Doña Letizia hacían el ‘paseíllo’ en amor y compañía, la emérita se ha adelantado, andando deprisa sin mirar a su esposo ni esperarle (ella que es protocolariamente impecable) mientras éste la seguía a duras penas ayudado por su bastón.
Con información de El Mundo