La política brasileña tiene por delante un nuevo campo minado. Según fuentes judiciales, ya fueron cerrados acuerdos de delación premiada entre la fiscalía y más de 50 ejecutivos del conglomerado Odebrecht, entre ellos su ex CEO y dueño Marcelo Odebrecht.
La idea es que revelen más detalles del entramado de corrupción en Petrobras del que participó la compañía que podrían significar nuevos golpes para los ex presidentes Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff, así como para el actual mandatario, Michel Temer.
Los "arrepentidos" de Odebrecht -la mayoría de ellos ya tras las rejas- suman 68 personas que empezarán a brindar sus testimonios a la justicia en las próximas semanas a cambio de reducciones en sus condenas. Marcelo Odebrecht recibió en marzo pasado una pena de 19 años y cuatro meses de reclusión por el pago de sobornos a directivos de Petrobras y el financiamiento ilegal de campañas políticas.
Desde la detención del ejecutivo que era considerado uno de los hombres más poderosos de Brasil, su padre, Emilio Odebrecht -ex presidente de la corporación-, puso un equipo de abogados a negociar con los fiscales de la operación Lava Jato para intentar suavizar las condenas de su hijo y de los otros empresarios de la compañía.
Finalmente, se llegó a un acuerdo conjunto, y hasta el propio Emilio Odebrecht ha colaborado con las investigaciones.
Por filtraciones que se han realizado a la prensa, las revelaciones citan a más de 200 políticos de todos los partidos. Los "pesos pesados" son Temer; sus ministros Eliseu Padilha (jefe de Gabinete), José Serra (Relaciones Exteriores) y Geddel Vieira Lima (Secretaría de Gobierno), y el ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, todos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), así como Lula, Dilma y sus ex ministros de Economía Antonio Palocci y Guido Mantega, todos del Partido de los Trabajadores (PT).
Se espera que las declaraciones de los arrepentidos se extiendan hasta diciembre; luego, los acuerdos deberán ser aprobados por el Supremo Tribunal Federal, así que recién a principios de 2017 el equipo de la operación Lava Jato actuará sobre la nueva información y el juez federal Sergio Moro, que lleva adelante el caso del petrolão, ordenaría más detenciones.
No es el único frente tormentoso que tiene en el horizonte el gobierno de Temer, que asumió el poder en septiembre, tras la destitución de Dilma. También ya empezó a negociar un acuerdo de delación premiada el ex presidente de Diputados Eduardo Cunha, principal instigador del impeachment a la presidenta, y se teme que, como se siente abandonado por sus correligionarios del PMDB, buscará hundir al partido ahora al comando de Brasil.
Con información de La Nación