Lo que jamás vi venir está sucediendo. Las mujeres estamos siendo desplazadas a patadas de todos los espacios que con tanto esfuerzo batallamos por conquistar.
Como parte de la inclusión forzada que ha impuesto sin el menor miramiento la Agenda 2030, se nos está haciendo un lado como mujeres, con un reemplazo insólito a más no poder.
Poco a poco se fue flexibilizando la permisividad, manoseando el concepto de tolerancia, y día tras día a las mujeres ya no solo estamos siendo desplazadas de nuestros espacios, ya directamente estamos siendo borradas, hasta de la historia construida por nosotras mismas, en un esfuerzo misógino y absurdo, a todas luces con un odio indiscutible por lo que somos: mujeres.
Por ejemplo, comercialmente hablando pasamos de enero del 2023 a tener todo perfectamente normal, a junio del 2023 cuando no menos de 26 marcas de productos de estricto uso femenino, con presencia global, sustituyéndonos por hombres disfrazados de mujeres.
El borrado de las mujeres es un hecho real y con hartas pruebas. Por ejemplo, en el museo de la historia de la mujer de los Estados Unidos, han incluido no menos de 4 biografías de hombres auto-percibidos mujeres, contando sus “logros y luchas” en una reivindicación imaginaria que al final, no fue lograda por nosotras ni nos beneficia a nosotras.
En el mes de marzo, mes de la mujer, la Casa Blanca con aberrante orgullo, condecoró a un hombre auto-percibido mujer por sus “logros”. Ni en mis peores pesadillas imaginé que esto estaría sucediendo, mucho menos vivirlo en primera persona.
En el mes de abril, salió una lista al mejor estilo de la era Nazi, donde las 50.000 voces conservadoras más fuertes del mundo fuimos agrupadas. Catalogados como “transfóbicos”, fuimos expuestos en twitter (ahora X) con un derecho que nadie le otorgó a su creadora, donde a cada uno de nosotros se nos asignó un número. Porto orgullosamente el número 18.164 por denunciar valientemente, en voz alta, además, este festín de horror progresista.
Durante todo el 2023 distintas plataformas y legisladores alrededor del mundo, haciendo esfuerzos titánicos, han tenido que reforzar sus gestas por proteger a niñas y adolescentes de poder practicar deportes en santa paz. No conforme con que hombres auto-percibidos mujeres se han apropiado de nuestros espacios, también nos han pretendido forzar a cosas tan aberrantes como ver sus genitales en baños y lockers, entre otros horrores.
De los puntos más lamentables, preocupantes y terribles de este tema en particular, es que han sido las mismas mujeres que le han abierto las puertas y han ayudado a esos que nos están desplazando y borrando de nuestro lugar.
Es inconcebible desde todo punto de vista, que una mujer aplauda y ayude a alguien a invisibilizarla. Nadie en su sano juicio podría ver esto bien.
En el ínterin de este cuento de horror en tiempo real, esto se ha prestado para todo.
Esto ha abierto las puertas de par en par a la pedofilia para que haga un festín diabólico que a la fecha sigue ocurriendo.
En países como República Dominicana, les llaman “mujeres modernas” y ya cuentan con fuerte presencia en medios de comunicación, con la bendición de mujeres que trabajaron arduamente por ganarse espacios.
Se adueñaron en cada esquina del mundo de concursos de belleza, de revistas femeninas, campañas publicitarias y pare usted de contar.
En el 2023 las mujeres nos quedamos desprovistas y huérfanas de todo. Peor aun las que no somos feministas, ni queremos tener nada que ver con el feminismo. Estamos atrapadas en una encrucijada aborrecible e infernal.
Gracias a un grupo de mujeres sin valores, permisivas y carentes de cerebro, nuestros espacios están secuestrados por hombres que se creen mujeres y mujeres odiadoras de hombres. El momentum histórico que nadie sano de maldad vio venir.
Las feministas están divididas en este tema, un grupo inmenso apoya lo que ellas llaman el “transfeminismo”. Un disparate ideológico desde todas sus aristas. Otras no apoyan la inclusión de hombres en nuestros espacios, pero solo consideran que se puede tomar un caso como borrado de las mujeres, si y solo si se trata de una mujer feminista. Esas que dicen luchar por las mujeres, son las mismas que ultrajan nuestros derechos, nos pisotean y apartan si no pensamos como ellas. Es un despropósito jamás antes visto, confieso, muy difícil de digerir.
El firme propósito de borrarnos y desplazarnos no termina aquí. A finales del 2022 se consolidó la empresa Ectolife, que no es otra cosa que una granja de bebés, donde no es necesario para nada la intervención de la mujer. Una empresa que dice haber nacido para ayudar a mujeres estériles o que por tratamientos médicos o enfermedades se les haya imposibilitado ser madres. Pero todo el que esté tan alerta como yo sabrá que este invento del hombre, terminará siendo utilizado para otros propósitos.
Con esto se consagra el sistemático borrado de la mujer que se ha venido haciendo, y la bendición tan hermosa y sagrada de poder ser madres, estaría siendo sustituida por máquinas.
Sin embargo, creo imperativo que dejemos la ingenuidad. La teoría política que explica la Ventana de Overton se ha hecho más presente que nunca y a estas alturas no podemos seguir viendo con ojos de candor cada cosa que sucede. Están haciendo un reseteo mundial en nuestras narices y quiero creer por el estupor del descrédito estamos por momentos inmóviles e impávidos.
Es urgente despertar y actuar, más allá de solo reaccionar, como hemos venido haciendo.
Son muchísimas las cosas que han ocurrido en corto tiempo que por no alargar mis letras han sucedido en este particular, y que he procurado dejar registro en mis plataformas digitales. Todas y cada una de ellas con la bendición y gestas de una mujer. Impensable, doloroso y condenable sin duda alguna.
El 2024 no pareciera variar mucho con este particular, por desgracia, son muchas las voces y manos haciendo gestas aberrantes para que el borrado y sustitución de las mujeres sea una realidad. Temo que el problema se profundice.
Entre el feminismo y el colectivismo trans, han convertido que el ser una mujer centrada, pensante, ajena a ideologías sea una proeza. No metamos a las que somos conservadoras, porque ahí entonces todo empeoraría con creces en esta película de horror en tiempo real que a muchos nos está costando ver y presenciar.
Por momentos me gustaría escuchar que piensan mujeres como Susan B. Anthony entre muchas otras, que a lo largo de la historia literalmente sacrificaron su vida para que hoy las mujeres tuviéramos derechos y fuéramos respetadas en el mundo. Apuesto las manos sin temor a perderlas que muchas preferirían el silencio y se volverían a morir.
Finalizo agradeciendo a cada hombre valiente que ha alzado su voz, ha hecho lo correcto, a pesar del precio que el progresismo nos cobra por ser y hacer lo correcto. Sin ustedes, el problema fuera mucho más grave, todo sería peor.
Las crisis y los momentos álgidos son buenos y necesarios, para fortalecer a la gente, purgar y saber quiénes son los hombres y mujeres de bien.
Desafortunadamente esta tragedia redujo el ser mujer a un mero disfraz, donde sentirse o vestirse como una de nosotras, ya es carta blanca además para todas las aberraciones posibles.
Mientras algunos hasta histéricos aplauden a un hombre disfrazado de mujer y validándole su fantasía mental, por suerte estamos otros, denunciando el mal y cuidando la poca decencia que queda.
Que Dios nos ayude, porque esto va para peor, y no se aguanta más.
¡Hasta la próxima!