Actualmente, el bitcoin atraviesa una ola alcista con la que alcanzó el pasado 14 de abril un máximo de más de 63.000 dólares. Mientras los seguidores de las criptomonedas consideran este comportamiento un éxito con el que el bitcoin apunta a ser un refugio de valor similar al oro o sustituto del dólar; los más renuentes recuerdan que es un producto de alto riesgo y mucha volatilidad del que los inversionistas huirán en momentos de pánico financiero, además de ser ineficiente como moneda corriente.
El Político
El portal El orden mundial recuerda que el bitcoin vive épocas de alza que coinciden con más titulares en medios, anuncios de inversión o intensos debates. Así sucedió en 2013 cuando superó los 1.000 dólares, o en 2017 cuando rebasó los 20.000 dólares. Recientemente, el fundador de Tesla, Elon Musk, reconoció que invirtió en la criptomoneda y anunció que los autos de su empresa se pueden comprar con bitcoins.
Con las "fiebres alcistas", como las denomina El orden mundial, los defensores de las criptomonedas salen en su defensa. El respaldo se debe a que no se requieren gobiernos para emitirlas; además de que la consideran el nuevo oro o futuro sustituto del dólar en el que se centrará el sistema financiero mundial. Sin embargo, no todos comparten esta opinión; para otros el bitcoin está lejos de funcionar como moneda o un activo refugio.
El orden mundial resalta que si bien el valor del bitcoin ha aumentado durante la última década y muchas personas han obtenido fortunas con su uso, no se puede considerar un valor seguro.
Riesgos del bitcoin
La asociación global Cgap explica que uno de los mayores riesgos del bitcoin es la incertidumbre en torno a su futuro, que depende principalmente del número de usuarios activos y de comerciantes que lo acepten. Señala que como no puede ser usada para comprar directamente muchas cosas, la mayoría de los usuarios las convierten a una moneda de su elección.
La fluctuación del valor del bitcoin también multiplica los riesgos. El bitcoin no está vinculado con ninguna moneda del mundo real; su valor está determinado por la oferta y la demanda y la confianza en el sistema. La volatilidad de esta criptomoneda ha llevado a utilizarla más como un instrumento de inversión especulativo que como moneda o sistema de pagos. Tampoco son inmunes al fraude, resalta la Cgap.
Realizar la conversión de bitcoin a una moneda se produce en muchos casos a través de una operación de cambio; que de comenzar a regularse se garantizaría una mayor supervisión y controlar mejor su uso. Sin embargo, es posible realizar estas transacciones sin pasar por operaciones de cambio, por lo que no se podrán supervisar todas.
Debido a que la red de bitcoin es mundial, muchos países no tiene regulaciones ni capacidad para supervisar las transacciones con criptomonedas. Por ejemplo, China registra un importante número de operaciones de cambio de bitcoins pero su Banco Central prohibió a la banca operar con esta criptomoneda.
Según la Cgap, el carácter abstracto del bitcoin plantea un desafío para los entes reguladores. "Como cualquier otra forma de valor monetario, el bitcoin se puede usar para fines legítimos o ilícitos. La cuestión es determinar si a los delincuentes les resulta más fácil encauzar el dinero hacia actividades ilícitas con el bitcoin, y cómo deberían responder los entes reguladores a estos riesgos reales o aparentes", señala.
Otras limitaciones
De acuerdo con la Cgap, falta mucho para llegar a las personas no bancarizadas. Solo quienes gozan de la inclusión financiera pueden acceder al sistema de bitcoins mediante las conexiones a Internet necesarias.
Si bien es cierto que la arquitectura P2P del bitcoin y las escasas barreras que presenta este sistema pueden conducir a crear una generación de servicios financieros innovadores; y que constituye un sistema de pagos más barato y rápido que los que se usan actualmente, en especial para las transferencias internacionales; también es posible que dentro de cinco años el bitcoin haya desaparecido o haya sido reemplazado por otro tipo de monedas virtuales o criptodivisas, concluye la Cgap.