El Banco de Inglaterra mantuvo este jueves sin cambios los tipos de interés en el Reino Unido, que en agosto bajaron hasta el mínimo histórico del 0,25 % para combatir los efectos del voto favorable al "brexit", y predijo un mayor crecimiento e inflación en 2017.
El banco mantuvo además invariable su programa de estímulo económico de expansión cuantitativa, que también aumentó tras el referéndum hasta una dotación de 435.000 millones de libras (488.000 millones de euros) para comprar bonos de deuda pública más 10.000 millones de libras (11.200 millones de euros) destinados a instituciones privadas.
En su análisis de la economía, la entidad que gobierna Mark Carney revisó al alza su previsión de crecimiento para 2016 hasta un 2,2 % (del 2 % anterior), y hasta un 1,4 % en 2017 (comparado con el 0,8 % previo), si bien la rebajó de cara a 2018, de un 1,8 a un 1,5 %.
Esto significa que la institución valora ahora que los efectos del "brexit" se sentirán a más largo plazo.
El banco central prevé además que la inflación, que actualmente está en el 1 %, continuará su ascenso hasta situarse en un 2,7 % en 2017, impulsada por el encarecimiento de las importaciones debido a la caída de la libra tras el plebiscito sobre la UE.
La entidad, que ha anunciado que espaciará más sus decisiones sobre los tipos, que hasta ahora tomaba cada mes, ha concluido que la economía británica no necesita de momento más apoyo de política monetaria para sostenerse en los próximos meses, debido a que ha evolucionado mejor de lo esperado.
El recorte de los tipos de agosto fue el primero desde marzo de 2009, cuando se rebajaron al 0,5 % para hacer frente a la crisis financiera global de entonces, y cuando también se introdujo el programa de estímulo.
La Bolsa de Londres bajaba un 0,58 % tras el anuncio del Banco de Inglaterra, mientras que la libra esterlina subía un 1,54 % frente al dólar, aupada también por una decisión judicial que obliga al Gobierno a consultar con el Parlamento antes de ejecutar el "brexit".
Con información de EFE