El gobierno estadounidense de Joe Biden condenó la demolición por parte de Israel de la casa de un palestino-estadounidense, a quien se le sindica de participar en un tiroteo que acabó con la vida de un israelí e hirió a otros dos en Cisjordania en mayo pasado.
El Político
De acuerdo con la versión de la agencia noticiosa Reuters, a Muntasir Shalabi lo acusó un tribunal militar israelí del ataque. El mismo se perpetró en las adyacencias de la ciudad de Nablús, donde pereció murió un estudiante llamado Yehuda Guetta.
Después de que una apelación de la familia de Shalabi contra la demolición no prosperara, su vivienda en Turmus Ayya, una aldea en la que viven numerosos palestinos-estadounidenses, se derribó con una explosión controlada.
Tras la noticia, un portavoz afirmó a The Times of Israel que la Embajada de Estados Unidos estaba "siguiendo" los informes sobre la demolición de la casa donde vivía la esposa de Muntasir Shalabi y sus hijos.
EEUU cree que Israel da pasos unilaterales
Un vocero de la Casa Blanca manifestó: "Como dijimos en numerosas ocasiones, la casa de una familia entera no debe ser demolida por las acciones de una sola persona. Creemos que es fundamental que todas las partes se abstengan de dar pasos unilaterales que exacerben las tensiones. Y que socaven los esfuerzos para avanzar en una solución negociada de dos Estados. Esto ciertamente incluye a la demolición punitiva de viviendas palestinas".
Una fuente anónima de la oficina del primer ministro israelí aseguró que si bien "respeta" a Estados Unidos, Israel debe actuar en interés de sus ciudadanos.
"El primer ministro aprecia y respeta a la Administración estadounidense", señaló el funcionario en un comunicado. "Al mismo tiempo, actúa únicamente de acuerdo a las consideraciones de seguridad del Estado de Israel. Así como la protección de la vida de los ciudadanos israelíes".
Las autoridades de Israel argumentan que tales demoliciones disuaden a posibles agresores palestinos. Por su parte, tanto los palestinos como los grupos de derechos humanos condenan esta política como un castigo colectivo.
Fuente: Reuters