Cerca de 2,000 cubanos varados en la localidad costera de Turbo, en Colombia, han visto cómo su sueño de llegar a los Estados Unidos se esfuma, tras el anuncio de las autoridades migratorias de ese país, y su presidente Juan Manuel Santos, de que serán deportados en una fecha aún sin precisar.
El aumento de la emigración cubana (en lo que va de año fiscal han arribado sin visa a EEUU unos 44,353) ha probado ser una complicación para la Administración de Barack Obama, enfrascada en normalizar sus relaciones con el gobierno de la isla y cortar el flujo migratorio en Centroamérica. En la búsqueda de una solución permanente al éxodo masivo de cubanos a través de la ruta terrestre, EEUU parece promover en la región lo que ha sido una característica central de su política: las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados.
Los gobiernos de Cuba y otros países centroamericanos han culpado a la actual política migratoria estadounidense del aumento de la migración de cubanos y las crisis humanitarias que esto ha suscitado. En el Congreso, la Administración también ha recibido críticas de representantes republicanos como Ileana Ros-Lehtinen y Carlos Curbelo que apuntan al “deshielo” y a la ausencia de cambios reales en la isla como causas del éxodo masivo.
Con información de Nuevo Herald