A pocos días de cumplir un mes la invasión a Ucrania por parte de la Federación Rusa, el gobierno de los EEUU continúa buscando aliados que ayuden en la búsqueda de una solución.
Mario Beroes/El Político
El presidente Joe Biden quiere encontrar maneras de infligir el mayor dolor posible al dictador ruso Vladimir Putin, para hacerle imposible, o al menos complicarle, financiar una guerra prolongada en Ucrania y acceder a tecnologías bélicas modernas.
Por eso el jefe de Estado de los EEUU continúa enviando emisarios, haciendo videollamadas, en algunos casos con suma discreción.
No son espías, ni jerarcas militares, por el contrario son expertos en el flujo de dineros y en el intercambio de chips de computadoras y otros productos a nivel mundial.
Un bloqueo difícil
Las reuniones han sido duras, largas e, inclusive, intensas. La idea es lograr unificar un bloqueo económico que realmente logre que Rusia desista de su voracidad bélica.
Bruselas, París y Berlín, han sido las sedes donde se han discutido estrategias para excluir los productos rusos que llegan a Europa occidental.
Pero, y es ahí donde esta preposición aparece, la resistencia de los europeos, quienes tendrían que decirle a sus propias compañías que tendrán que perder miles de millones de dólares en ganancias por productos rusos, no es una noticia que ellos estén dispuestos a dar.
Cuando las negociaciones se estancaban, los emisarios llamaban por teléfono a la secretaria de Comercio estadounidense Gina Raimondo.
Secretaría de Comercio
Las negociaciones han sido coordinadas por Gina Raimondo, estrecha aliada del presidente Biden.
Es a ella a la que acuden los delegados enviados a Europa, cuando la resistencia a aplicar sanciones se incrementa, porque no es fácil para los europeos dejar, de un solo golpe, de depender del gas y crudo ruso.
“Si quieren pueden decir ‘no’ ahorita, pero cuando empiecen a verse los muertos de Ucrania, van a quedar en una posición incómoda”, expresó Raimondo a los delegados de los demás países. “Tienen que hacer lo correcto”.
Al final todos se sumaron a los planes, aun antes de la invasión, aunque con sus bemoles.
Hoy Ucrania…¿mañana?
Raimondo dijo que lo que llevó al acuerdo tan rápido fue la amenaza del inminente ataque ruso contra Ucrania, según informaciones dadas a conocer por la agencia AP.
Las naciones más prósperas del mundo, con la excepción blandengue de China, están directamente oponiéndose a Putin en las condiciones que más les favorecen.
Están imponiendo sanciones en áreas en que sus fortalezas coinciden con las vulnerabilidades de Rusia.
Rusia depende de Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Corea del Sur para obtener inversiones y tecnologías de punta, así que los aliados decidieron aislar a Moscú en esas áreas.
EEUU: Asfixiar en lo económico a Putin
Es una jugada estratégica diseñada para atrapar a Putin en una espiral descendente, mientras los inversionistas extranjeros sacan su dinero en respuesta a las atrocidades, señalan expertos.
Es una muestra de unidad que será puesta a prueba por la propia dependencia de los aliados a los combustibles fósiles.
Los países de la UE han transferido más de 13.300 millones de euros (14.700 millones de dólares) a Rusia para petróleo, gas natural y carbón desde que comenzó la guerra, esencialmente financiando la maquinaria de guerra de Putin.
Los miembros del bloque estuvieron consultando durante meses.
Pero esta vez, Washington y Bruselas respondieron a la agresión de Moscú con un conjunto novedoso de políticas para paralizar la capacidad de lucha de Putin.
Se le negó el acceso a semiconductores, computadoras, equipos de telecomunicaciones, láseres y sensores que son parte integral del material bélico.
Es una restricción de la cadena de suministro.
Esto debe obligar a Rusia a buscar repuestos de tanques y aviones, erosionando su capacidad militar y económica.