El gobierno de Joe Biden ha decidido enfrentar la invasión rusa a Ucrania desde varios ángulos, aunque ninguno que implique una participación directa.
Mario Beroes/El Político
En ese convulso ambiente de tensiones internacionales, Estados Unidos impuso una serie de sanciones económicas al Kremlin, al igual que la mayoría de países de Europa occidental.
Pero más allá de las sanciones, embargo petrolero y del despliegue de ayuda a Kiev, la Casa Blanca se está moviendo por otro frente: está buscando atacar la corrupción rusa, pues la cleptocracia rusa.
Cleptocracia rusa
Cleptocracia (del griego clepto, ‘robo’; y cracia, ‘poder’ = dominio de los ladrones) es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados.
Es similiar al nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, ya que todas estas son acciones delictivas, que quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corrompidos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico.
La cleptocracia en la Federación Rusa se ha ejercido en dicho país tanto de forma doméstica como internacional. Ha sido un elemento clave para alimentar la llama del conflicto vigente en suelo ucraniano.
En el conversatorio, "Los esfuerzos estadounidenses contra la corrupción", organizado por el departamento de Estado, el director de la Oficina de Programas y Políticas Globales, y de la Oficina Internacional de Narcóticos y cumplimiento de la ley, Barry Fullerton, afirmó que la corrupción en el país ruso "alimenta el conflicto con Ucrania".
“La corrupción ha jugado un papel vital alimentando el conflicto en Ucrania”, y añadió Fullerton, que la administración del presidente Joe Biden, “está manteniendo reuniones con nuestros aliados y socios para imponer consecuencias rápidas y severas por las acciones criminales.”
Guerra premeditada
El gobierno de los EEUU asegura que la guerra iniciada por el presidente Putin fue “premeditada”.
“Ustedes han visto nuestros anuncios sobre los nuevos grupos de trabajo que se ocupan específicamente de la cleptocracia y de los cleptocratas rusos, así como de las sanciones financieras y las restricciones de visa que hemos impuesto.”
-Hemos documentado, de la manera más amplia e histórica cómo Putin y el Kremlin han dirigido un régimen cleptocrático habilitado por oligarcas corruptos.
Esto, por consiguiente, se ha constituido como un enfoque central en la política norteamericana para contrarrestar la corrupción a nivel global.
“Nuestro trabajo para preservar y fortalecer los estándares internacionales anticorrupción, promover el compromiso diplomático y aprovechar la asistencia extranjera, será clave para cambiar el rumbo de la lucha contra la cleptocracia y la corrupción en todas sus formas, tanto en Rusia como en todo el mundo".
Otros frentes de batalla
No obstante, la lucha contra la cleptocracia es apenas uno de los componentes en los que se basa la política exterior norteamericana en el frente de combate a la corrupción y el director Fullerton se refirió a tres aspectos en específico.
En primera medida vale referir que el Departamento de Estado está acogiendo alianzas internacionales para luchar contra este crimen.
De hecho, la comunidad internacional ya cuenta con una arquitectura robusta para fortalecer la cooperación y coordinación entre los gobiernos para luchar contra este flagelo, y el rol de Estados Unidos ha sido el de combatir la corrupción a través del fortalecimiento de esta “multiarquitectura”.
“Para alcanzar este objetivo, hemos renovado nuestro compromiso y nuestro liderazgo en foros multilaterales para promover nuestras prioridades a través de la participación en la convención de la ONU contra la corrupción, el G7, el G20, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y demás organismos regionales".
"En cada uno de estos foros, estamos promoviendo la implementación de obligaciones y estándares internacionales contra el lavado de dinero y la corrupción”, indicó Fullerton.
El factor diplomático
En segunda medida, la Casa Blanca está revitalizando su participación en la “Open Government Partnership and Extractive Industry’s Transparency Initiative”, un espacio en donde se apoyan iniciativas multilaterales para luchar contra la corrupción.
Vale referir, a este respecto, que Estados Unidos será anfitrión, el año que viene, de la Convención contra la corrupción, en la que participarán 189 estados miembro (Unca Cusp).
También por vía diplomática, Estados Unidos está reforzando el diálogo entre las oficinas regionales del Departamento de Estado que abogan por las políticas norteamericanas en materia de corrupción con otros Estados.
Involucrar a todos y acabar con la cleptocracia
Esto también lo está haciendo con la sociedad civil, los medios de comunicación y el sector privado.
“El Departamento también aprovecha la diplomacia pública para promover nuestras prioridades. Por ejemplo, el secretario Anthony Blinken lanzó el premio, Anticorruption Champions, en febrero de 2021, para reconocer a las personas por sus contribuciones en la lucha contra este flagelo".
"Hemos tenido 24 homenajeados destacados, cuyo valor y trabajo valiente ayudan a contrarrestar la corrupción en nuestros países y nuestra comunidad global”, precisó Fullerton.
También Estados Unidos financia proyectos como entrenamientos especializados para abogados y fiscales en varios países para construir cooperación internacional encaminada a adoptar prácticas que prevengan la corrupción y las compras gubernamentales.
“Esto es algo que hacemos a nivel global, regional y bilateral en coordinación con otras agencias como Uaid, para implementar asistencia extranjera”, añadió.
Y un tercer componente clave en el entramado que ha consolidado EE.UU. en esta lucha global está relacionada con los departamentos de Estado, de Justicia y del Tesoro.
Se trata de la iniciativa, Democracies Against Safe Havens (Dash), que capacita a gobiernos socios para que pongan al descubierto las operaciones y ganancias de actores corruptos, al tiempo que incentiva a estos aliados para que adopten, ante un determinado acto de corrupción, sanciones como, por ejemplo, la restricción de visas.
Concluyó el funcionario que la Casa Blanca está comprometida con la lucha contra la corrupción a nivel global y que como lo indicó el presidente Joe Biden durante la Cumbre de la Democracia, este año se invertirán hasta $ 3 millones para apoyar el Programa del Consorcio Global Anticorrupción, “que nosotros, y muchos otros están apoyando alrededor del mundo”.