El Pentágono-sede del Departamento de Defensa de EEUU- admitió este jueves que un bombardeo que llevó a cabo el 17 de marzo en Mosul, Irak, mató a 105 civiles en uno de los ataques más letales en ese país desde que comenzó la guerra para derrocar a Sadam Hussein.
El Comando Central (CentCom) de Estados Unidos indicó que el ataque con lo que llamó "municiones guiadas de precisión" (bombas inteligentes) tenía como blanco dos francotiradores del denominado Estado Islámico (EI).
Pero el bombardeo detonó explosivos que los extremistas habían colocado en el edificio en el que se habían refugiado decenas de familias.
La explosión provocó que se derrumbara la construcción y murieran los civiles escondidos en los pisos inferiores.
Algunas investigaciones independientes indican que la cifra total de civiles muertos es de 141, ya que hay 36 personas desaparecidas.
En una de ellas, publicada este jueves, el Pentágono afirma que los combatientes de EI plantaron explosivos en el edificio y que eso provocó explosiones secundarias que llevaron al derrumbe de la estructura.
El operativo formó parte de la guerra que Estados Unidos y sus aliados libran contra EI en Irak.
El informe indica que un avión de combate de la Fuerza Aérea estadounidense liberó una bomba de 226 kilos, dirigida a dos militantes de EI que estaban posicionados en el techo del edificio en el barrio de Jadidah.
La bomba, dice el informe, debió haber matado a los dos yihadistas pero en lugar de ello causó una explosión que destruyó el edificio.
El este de la ciudad fue "liberado totalmente" en enero de 2017, anunció la coalición. Pero el occidente de Mosul ha presentado desafíos mucho más grandes por sus densa población y sus calles estrechas y sinuosas.
Información BBC Mundo