Uno de cada tres ecuatorianos que tienen entre 18 y 69 años de edad realizaban gestiones para iniciar un emprendimiento o ya lo habían instalado recientemente en 2015, la última cifra disponible al respecto.
Redacción El Político
La tasa de actividad emprendedora temprana (TEA) fue de 33,6%, en 2015, la segunda más alta después de Senegal (38,5%) de entre los 62 países estudiados.
-Fortalezas y debilidades de la empresa familiar-
Las ventajas de tener una empresa familiar radican en el apropiamiento del negocio. Es decir, fidelizan a sus clientes, permiten tener planes a largo plazo y los beneficios se heredan de generación en generación.
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Es común que el miembro de la familia con más experiencia participe en la gestión y administración de la compañía, y sea el que capacite a los menores para que lo reemplacen después. Como cualquier empresa, se enfrentan a dificultades. Una de ellas tiene que ver con el acceso a financiamiento.
El Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS) cofinancia hasta en un 90% –según el estado de vulnerabilidad de cada organización proponente– proyectos de iniciativas productivas.
Se trata de un valor no reembolsable que sirve como capital semilla. Un requisito es que estas personas realicen “alguna actividad productiva con componentes de transformación e incorporación de valor agregado” y cumplan con actividades enmarcadas en la Estrategia Nacional de Cambio de la Matriz Productiva, refiere la entidad vía e-mail.
El 57% de la población económicamente activa de Ecuador ganaba menos del salario mínimo ($ 375) en marzo. El desempleo fue del 4,4%.