El misterio en China es algo que alcanza todos los ámbitos del país asiático. Podría decirse que es parte de su cultura. Pero ese "misterio" está haciéndole un daño terrible a la economía china.
Mario A. Beroes R./El Político
Se sabe, aunque el gobierno de Xi Jinping lo oculte o, peor, lo niegue, que la economía de China se está desacelerando.
Esto, a la par de intentar adaptarse a una estrategia castigadora de "cero covid" y al debilitamiento de la demanda mundial.
Un reportaje de Yahoo!.com afirma que las cifras oficiales de crecimiento para el trimestre que va de julio a septiembre apuntan a una contracción, y tomando en cuenta que China es la segunda mayor economía del mundo, se incrementan, aumentan las posibilidades de una recesión mundial.
Objetivos económicos no se cumplirán
A pesar de los esfuerzos, en muchos casos casi que a juro del gobierno comunista chino, el objetivo de alcanzar una tasa de crecimiento anual del 5,5%, quedó fuera del alcance. Esto a pesar de la terquedad gubernamental de minimizar, como siempre, la necesidad de cumplir el objetivo.
China evitó por poco la contracción económica en el trimestre de abril a junio. Este año no esperan ningún crecimiento.
Es posible que el país no esté luchando contra una fuerte inflación como EEUU y Reino Unido, pero tiene otros problemas: sus productos tienen ahora menos clientes interesados en adquirirlos, tanto a nivel nacional como internacional.
Las tensiones comerciales entre China y las principales economías, como Estados Unidos, también están obstaculizando el crecimiento.
Y el yuan está en camino de su peor año en décadas a medida que se desploma frente al dólar estadounidense.
Una moneda débil asusta a los inversores, alimentando la incertidumbre en los mercados financieros. También dificulta que el banco central inyecte dinero en la economía.
Todo esto está sucediendo en un momento en que hay mucho en juego para el presidente Xi Jinping: se espera que obtenga un tercer mandato sin precedentes en el Congreso del Partido Comunista que comienza el 16 de octubre.
Definitivamente hay algo que no se está haciendo bien y aquí señalamos 5 causas.
1. Política "cero covid" está causando estragos
Los brotes de covid-19 en varias ciudades, incluidos centros de fabricación como Shenzhen y Tianjin, han afectado la actividad económica en todas las industrias.
La gente tampoco está gastando dinero en alimentos y bebidas, comercio minorista o turismo, lo que pone bajo presión a los principales servicios.
Por el lado de la manufactura, la actividad parece haber vuelto a subir en septiembre, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
El repunte podría deberse a que el gobierno está gastando más en infraestructura. Pero llegó después de dos meses en los que la fabricación de productos no se expandió.
2. Pekín no está haciendo lo suficiente
Pekín ha intervenido: en agosto anunció un plan de unos $ 200.000 millones para impulsar las pequeñas empresas, la infraestructura y los bienes raíces.
Pero las autoridades pueden hacer mucho más para activar el gasto para cumplir con los objetivos de crecimiento y crear empleos.
Esto incluye invertir más en infraestructura, facilitar las condiciones de préstamo para compradores de viviendas, promotores inmobiliarios y gobiernos locales, y exenciones fiscales para los hogares.
3. Mercado inmobiliario en crisis
La débil actividad inmobiliaria y el sentimiento negativo en el sector de la vivienda sin duda han frenado el crecimiento.
Esto ha afectado duramente a la economía porque el sector inmobiliario, y otras industrias que contribuyen en él, representan hasta un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) de China.
Los compradores de viviendas se han negado a pagar los créditos hipotecarios de los edificios sin terminar y algunos dudan de que sus casas alguna vez se completen.
La demanda de viviendas nuevas ha disminuido y eso ha reducido la necesidad de importar productos básicos utilizados en la construcción.
A pesar de los esfuerzos de Pekín para apuntalar el mercado inmobiliario, los precios de las viviendas en decenas de ciudades han disminuido más de un 20% este año.
4. Cambio climático
El clima extremo está comenzando a tener un impacto duradero en las industrias de China.
Una fuerte ola de calor, seguida de una sequía, golpeó la provincia suroccidental de Sichuan y la ciudad de Chongqing en el cinturón central en agosto.
A medida que se disparó la demanda de aire acondicionado, se saturó la red eléctrica en una región que depende casi por completo de la energía hidroeléctrica.
Las fábricas, incluidos los principales fabricantes iPhone y Tesla, se vieron obligadas a reducir el horario o cerrar por completo.
La Oficina de Estadísticas de China dijo en agosto que las ganancias solo en la industria del hierro y el acero se redujeron en más del 80% en los primeros siete meses de 2022, en comparación con el mismo período del año pasado.
5. Gigantes tecnológicos pierden inversores
La represión regulatoria de los titanes tecnológicos de China, que ya ha durado dos años, no está ayudando.
Tencent y Alibaba informaron su primera caída de ingresos en el último trimestre: las ganancias de Tencent bajaron un 50%, mientras que los ingresos netos de Alibaba se redujeron a la mitad.
Decenas de miles de trabajadores jóvenes han perdido su empleo, lo que se suma a una crisis laboral en la que una de cada cinco personas de 16 a 24 años está desempleada.
Esto podría perjudicar la productividad y el crecimiento de China a largo plazo.
Los inversionistas también están percibiendo un cambio en Pekín: algunas de las empresas privadas más exitosas de China han sido objeto de un mayor escrutinio mientras crece el poder de Xi.
A medida que las empresas estatales parecen estar ganando terreno, los inversionistas extranjeros están retirando dinero de la mesa.
Softbank de Japón sacó una gran cantidad de efectivo de Alibaba, mientras que Berkshire Hathaway de Warren Buffet está vendiendo su participación en el fabricante de vehículos eléctricos BYD.
Tencent ha experimentado el retiro de $ 7.000 millones en inversiones solo en la segunda mitad de este año.
Y Estados Unidos está tomando medidas enérgicas contra las empresas chinas que cotizan en el mercado de valores estadounidense.