Tal como sucediera en la Cuba de Fidel de Castro, quien le prohibió a los ciudadanos asistir a hoteles, playas y lugares para turistas, la más reciente medida de Nicolás Maduro de cobrar en divisas los servicios en la isla La Tortuga aleja cada vez a los propios venezolanos de visitar sus parajes.
Para muchos se trata de un reconocimiento implícito de la devaluación del bolívar, pero no pocos aseveran que la decisión de cobrar en moneda extranjera todo servicio ofrecido en la isla La Tortuga, con el fin de convertirlo en una “zona económica especial”, se ha convertido en un verdadero apartheid para los mismos venezolanos.
Se trata de una absurda medida de Maduro que burla el derecho de los ciudadanos a recorrer y disfrutar sus propios atractivos turísticos, dado que el acceso a divisas en el país no es posible para los venezolanos de a pie, en el contexto de un control cambiario que lejos de solucionar ha derivado en la más alta inflación de la región ni hablar de la depreciación de la moneda nacional que supera el 60%.
Destinos como Playa El Yaque, en la isla de Margarita; el Parque Nacional Canaima, en el estado Bolívar; y el archipiélago de Los Roques, son algunos de los cotizados en moneda extranjera. “Se convirtió prohibitiva para los turistas venezolanos, luego de que eso disminuyó, quedaron los costos altísimos, igual fuera del alcance de la mayoría de los venezolanos”, asevera sobre el popular destino en Margarita, Douglas Méndez, coordinador de la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresarios al portal El Cooperante.
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— El Político (@elpoliticonews) September 28, 2017
Las improvisadas medidas como los controles cambiarios y regulación de precios, resultan en definitiva en perjuicio de las potencialidades turísticas, muchas de ellas medio de sustento de familias que han visto disminuir considerablemente la cantidad de turistas aún en temporadas altas.