Jihad Diyab, el refugiado exrecluso de Guantánamo presentó a la Comisión de Refugiados (CORE) de Uruguay un petitorio en el que, amparado en los derechos de su calidad de refugiado, solicita la documentación que el gobierno uruguayo puede otorgarle para intentar la reunificación familiar en otro país.
“Motiva este planteo y esta solicitud mis previas gestiones personales en las mencionadas representaciones diplomáticas y el hecho de que en esas ocasiones se me hubiera requerido por parte de las autoridades diplomáticas respectivas la nota emitida por la autoridad de Uruguay, que ahora estoy requiriendo”, explica Diyab en su petitorio.
“También declaro que en caso de no ser aceptado por los mencionados países, me reservo el derecho de continuar pidiendo al gobierno uruguayo cartas similares para otras embajadas”, agrega.
Por un lado está la solicitud de cuatro cartas firmadas por el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, dirigidas a las embajadas de Turquía, Venezuela, Líbano y Qatar.
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El refugiado busca así que “quede expreso que el gobierno uruguayo está de acuerdo con la salida de Jihad del país y que no hay ningún impedimento legal para ello, así como otra documentación aclaratoria de su situación legal.
Ante el cumplimiento de este requisito por parte del gobierno, Jihad estaría dispuesto a levantar la huelga de hambre”, dice un comunicado dado a conocer ayer por el grupo de allegados a Diyab. Cabe recordar que desde el pasado lunes el sirio retomó la huelga seca, es decir la no ingesta de líquidos.
Diyab también pide copia del acuerdo realizado entre el gobierno de Uruguay y el de Estados Unidos, en el que se explicitan las condiciones de su refugio. Sostuvo en ese sentido que esos requisitos “no puede permanecer secreto para ellos, los afectados por dicho acuerdo, ya que esto es contrario a la ley”, dice el comunicado.
Cabe recordar que la semana pasada el refugiado dijo en conferencia de prensa que quiere llevar una vida normal en algún país musulmán junto a su familia. Acusó a Estados Unidos de su situación y admitió que en 2014 firmó un compromiso de permanecer al menos dos años en Uruguay y que aquí se encontraría con su familia, pero luego se arrepintió.
Con información de La República