El gobierno laborista británico, liderado por Keir Starmer, intentaba este domingo demostrar su capacidad para detener las violentas manifestaciones, durante la quinta jornada de los disturbios más graves en Inglaterra en los últimos 13 años.
Las protestas iniciaron en el país europeo tras la difusión en redes sociales sobre la nacionalidad y religión del agresor que mató a tres niñas el lunes en Southport, en el noroeste del país.
“Les aseguro que se arrepentirán de haber participado en este desorden”, afirmó el primer ministro Starmer en una breve rueda de prensa en Londres, agregando que su gobierno hará “todo lo necesario para llevar a estos matones ante la justicia”.
La situación ha dido escalando, por su parte algunos manifestantes antiinmigración enmascarados rompieron varias ventanas de un hotel utilizado para alojar a solicitantes de asilo en Rotherham, al norte de Inglaterra.
En Middlesbrough, al noreste, cientos de manifestantes se enfrentaron a la policía antidisturbios, lanzando ladrillos, latas y ollas contra los agentes.
Más de 90 personas fueron arrestadas el pasado sábado tras enfrentamientos en manifestaciones en Liverpool, Manchester, Bristol, Blackpool y Hull, así como en Belfast (Irlanda del Norte). Los manifestantes arrojaron ladrillos, botellas y bengalas a la policía, hiriendo a varios agentes.
Este estallido de violencia es el más grave que Inglaterra ha visto desde 2011, cuando se produjeron disturbios tras la muerte de un joven mestizo, Mark Duggan, a manos de la policía en el norte de Londres.
Lamentablemente, las protestas no solo han sido un espacio para la expresión de rechazo hacia la inmigración, sino también un caldo de cultivo para el vandalismo y la violencia.
“Enough is enough”
En las manifestaciones, organizadas bajo el lema “Enough is enough” (Ya es suficiente), se gritan consignas contra la inmigración ilegal mientras se ondeaban banderas inglesas.
Aunque las condenas a la violencia son unánimes, empiezan a surgir críticas contra el gobierno.
La ex ministra conservadora del Interior, Priti Patel, opinó en X que el gobierno “corre el riesgo de parecer arrastrado por los acontecimientos en lugar de mantener el control”.
«En las últimas dos semanas, bajo los laboristas, hemos tenido ataques con cuchillo contra personas inocentes, peleas callejeras con machetes, disturbios y violencia en manifestaciones», afirmó.
El Ministerio del Interior británico anunció ayer, paralelamente, una ayuda equivalente a 34,5 millones de euros para reforzar la seguridad de las mezquitas tras los ataques sufridos en Inglaterra e Irlanda del Norte.