El saliente director de la Oficina de Ética Gubernamental de Estados Unidos llamó el domingo a crear reglas más severas en materia de conflictos de interés, afirmando que la administración Trump había impedido de manera reiterada el trabajo de la agencia que dirige.
Walter Shaub, principal supervisor de ética del gobierno estadounidense desde 2013, presentó su renuncia (que se concretará el 19 de julio) la semana pasada, tras meses de confrontación con funcionarios de la Casa Blanca por la manera en que Trump realizó la cesión del control de sus empresas a sus dos hijos mayores.
Sus críticas, muchas veces lanzadas en tuits que imitaban el estilo presidencial, atrajeron una atención inusitada hacia esta agencia de ética, cuyas acciones suelen pasar desapercibidas.
El domingo, Shaub dijo a la cadena ABC que él siempre había pensado que las reglas existentes en cuanto a ética "eran lo suficientemente fuertes para proteger la integridad en las operaciones del gobierno, pero mi reciente experiencia me deja claro que en realidad necesitan fortalecerse".
Las tensiones entre Shaub y el gobierno de Trump siempre fueron evidentes, con constantes llamados del primero para a que el mandatario cediera el control de sus empresas.
Lo que hizo Trump fue colocarlas en un fondo manejado por sus dos hijos, con él como único beneficiario. Cada presidente desde la década de 1970 ha colocado sus activos en un fondo ciego administrado por terceros.
En un comunicado dirigido a ABC, la Casa Blanca acusó a Shaub de no seguir los procedimientos habituales y en cambio recurrir a los tuits y a la filtración de información a congresistas demócratas.
Shaub negó las acusaciones y dijo que "cada administración, republicana o demócrata, ha apoyado de forma decidida el programa ético, salvo ésta". Y al no contar con ese apoyo, él tuvo que hacer públicas sus preocupaciones.
Cree que la oficina que dirigirá hasta el 19 de julio debería tener la fuerza para obligar que se publiquen ciertos documentos y registros.
Una vez fuera de la Casa Blanca, Shaub pasará a ser director de ética de la organización sin fines de lucro CLC (Centro de Campaña Legal).
AFP