Las controversias por los méritos de la victoria sobre la Alemania nazi y las tensiones que se mantienen entre Rusia y Occidente destacaron en la conmemoración de la rendición del ejército nazi en 1945, en medio de celebraciones sencillas debido al coronavirus.
El Político
La percepción sobre los méritos en la capitulación de la Alemania nazi en 1945 enfrentan aún hoy a Rusia con las potencias europeas y Estados Unidos.
Mientras en Occidente sobresale la idea de que el poderío militar de Estados Unidos y los aliados europeos -principalmente Reino Unido y Francia- fue clave para la victoria, en Rusia se exalta la labor del Ejército Rojo soviético, que fue el que entró en Berlín y forzó la rendición alemana.
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“No tenemos que aceptar que el orden y la paz” establecidos a partir de 1945 “se evaporen ante nuestros ojos”, afirmó el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier en un discurso en Berlín. “Queremos más y no menos cooperación en el mundo, inclusive en la lucha contra la pandemia”, agregó.
En la misma línea y desde Londres, el primer ministro británico, Boris Johnson, recordó en un mensaje a los veteranos de la guerra que la lucha contra el coronavirus “exige el mismo espíritu de esfuerzo nacional que encarnaron hace 75 años”.
Visiones distintas
Este pulso sobre las lecturas de la historia se reavivó en las vísperas del 75º aniversario de la caída de la Alemania nazi, cuando el Departamento de Defensa de Estados Unidos publicó una presentación en la que afirma que la Segunda Guerra Mundial comenzó “en 1939, cuando Alemania y la Unión Soviética invadieron Polonia” y, además, minimiza la influencia del Ejército Rojo e ignora las bajas soviéticas. Asimismo, al recordar el Día de la Victoria el 8 de mayo, la Casa Blanca publicó un video en Twitter resaltando que esa jornada de 1945 “Estados Unidos y Gran Bretaña obtuvieron la victoria sobre los nazis”.
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El presidente Vladimir Putin lideró las conmemoraciones limitadas por las medidas de prevención frente al avance de la pandemia en el país. En el 75º aniversario del triunfo sobre la Alemania nazi, el mandatario hizo un llamado a la unidad.
Sin las ostentosas celebraciones habituales pero con el mismo mensaje de patriotismo y unidad. Así recordó Rusia el 75º aniversario del Día de la Victoria, que se vivió a escala reducida por las medidas de prevención del Covid-19.
El presidente Vladimir Putin encabezó las modestas conmemoraciones del día que los rusos recuerdan como la victoria soviética sobre la Alemania nazi en 1945. Esta jornada -que se celebra un día después que en Europa y Estados Unidos porque, a la hora de la firma de la capitulación alemana, en Rusia ya era 9 de mayo- suele ser una gran fiesta nacional en el país, con un despliegue del poderío militar ruso y una tribuna utilizada desde hace años por Putin para enaltecer el patriotismo de su nación, uno de los puntos más importantes de su discurso político.
Sin embargo, el avance de la pandemia en Rusia -que deja en el país más de 198.670 casos y más de 1.800 muertes- privó al mandatario de liderar el tradicional gran desfile militar anual en la Plaza Roja de Moscú.
Aún así, Putin lideró una ceremonia en la que depositó flores frente a la llama eterna de la Tumba del soldado desconocido y guardó un minuto de silencio en homenaje a los 27 millones de soviéticos caídos en la Segunda Guerra Mundial, entre ellos, 8 millones de soldados.
Posteriormente, dio un discurso televisado y reiteró su llamado a la unidad y al patriotismo. "Nuestros veteranos lucharon por la vida y contra la muerte, y siempre trataremos de vivir de acuerdo con su espíritu de unanimidad y resistencia”, señaló el mandatario desde los Jardines de Alejandro, frente a las murallas del Kremlin.
"Estamos unidos por nuestra memoria, esperanzas y aspiraciones compartidas, así como por un sentido de responsabilidad compartida por el presente y el futuro. Sabemos y creemos firmemente que cuando estamos unidos, somos invencibles”, subrayó.
El contraste fue notorio: calles vacías, altavoces mudos y los 146 millones de habitantes del país confinados frente al coronavirus, que ha acelerado su propagación en Rusia durante los últimos días.
Lo único que algunos ciudadanos pudieron observar asomados en sus balcones fue el vuelo de 75 aviones militares y helicópteros por el cielo de Moscú, dejando rastros de los colores de la bandera rusa.
Asimismo, en su mirada patriótica de la situación, algunos sectores cuestionan que Rusia ignore en su discurso oficial la participación de otros países exsoviéticos, principalmente Ucrania, con quien Rusia mantiene un conflicto latente desde la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014.
La Unidad de 1945 luce precaria 75 años más tarde.