Entre los muchos errores de los gobiernos dirigidos por el Psuv en Venezuela, el caos económico es, sino el principal, uno de los más importantes.
El Político
El precio del barril petrolero marcó y marca todavía, la dinámica económica venezolana, y desde 2013, cuando comienza una vertiginosa caída de los precios, los venezolanos han vivido una prolongada hiperinflación.
También como su moneda, el bolívar, se devaluaba de la manera más vil y grosera posible, mientras el régimen chavista, buscaba culpables donde no los había.
Los apellidos del bolívar
Una de las características de los gobiernos de Chávez y Maduro ha sido el cambiar los nombres de todas las instituciones, símbolos patrios y sitios públicos. La divisa nacional, no escapó a ello
El bolívar se ha devaluado y ha sido rebautizado varias veces. Desde bolívar fuerte, se transformó sucesivamente en bolívar soberano (2018) y en bolívar digital (2021), dejándo en el camino un total de 14 ceros.
¿Adios a la hiperinflación?
Aunque el país salió de la hiperinflación en diciembre de 2021, ya que empezó a incrementar su producción petrolera y los expertos e instituciones internacionales preveen en distintos grados un crecimiento del PIB durante 2022, hay muchos lunares que tapar y curar.
En principio hay un un cambio fundamental: la dolarización informal de la economía.
Desde que Hugo Chávez impuso un sistema de control de cambios en 2003, el uso de divisa extranjera en Venezuela no solamente estuvo restringido por el gobierno sino que, incluso, estuvo perseguido penalmente.
Sin embargo, forzado por las circunstancias, el gobierno de Nicolás Maduro dio un giro en 2018 cuando derogó la Ley de Ilícitos Cambiarios para permitir el uso del dólar en Venezuela.
La medida significó un cambio importante pues a partir de entonces empresas, comerciantes y aquellas personas con acceso a la divisa extranjera pudieron empezar a trabajar y a planificar sus operaciones sobre la base de una moneda más estable.
Esto ayudo, más en un país con una inflación que en 2018 llegó al 130.060,2%, de acuerdo con cifras oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV).
Así fue como durante los últimos tiempos la economía venezolana empezó a experimentar una incipiente recuperación que, algunos con ironía y otros sin ella, han resumido en la hiperbólica frase: "Venezuela se arregló".
Montaña rusa
En medio de ese aparente sosiego, esa montaña rusa que es la economía venezolana sorprendió a muchos al registrar una abrupta devaluación de la moneda de casi 25%, cuando la cotización oficial pasó de 6,28 bolívares por dólar el martes 23 de agosto a 7,83 bolívares por dólar el jueves 25 de agosto.
El cambio fue más fuerte en el mercado paralelo, donde en las mismas fechas se pasó de 7,04 bolívares por dólar a 9,33. Es decir, casi 33%.
La reciente devaluación del bolívar repercutirá en que Venezuela tenga una inflación más alta de la que venía registrando en los últimos meses y que, de por sí, ubicaba al país sudamericano entre 5 los más inflacionarios del mundo.
Esto tendrá impactos sobre la población porque no todos los grupos sociales tienen la misma capacidad de protegerse ante la inflación y puede reducir el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Eso es mala noticia para las empresas y, obviamente es una mala noticia para una economía que está apenas recuperándose de una gran depresión.
El problema de fondo es la falta de confianza en la moneda venezolana y en las instituciones monetarias y cambiarias, que es un aspecto hacia el cual no se orientó la estrategia del gobierno de Maduro.
El proceso de devaluación del bolívar va a continuar.