Deutsche Bank se ha convertido en el primer banco en pronosticar una recesión en Estados Unidos.
Mario Beroes/El Político
En un informe sobre perspectivas mundiales 2022-2024, titulado ‘Al borde del abismo’, la entidad alemana reconoce que ahora espera "una recesión en EEUU y en la eurozona en los próximos dos años".
Afirma Deutsche Bank que en los últimos meses se han producido "dos choques; la guerra en Ucrania y la acumulación de la inflación en EEUU y en Europa."
-Esto les ha llevado a revisar su previsión de crecimiento mundial.
La guerra, explica, ha provocado un estancamiento que probablemente no se resuelva pronto, perturbando la actividad en varios frentes.
"Entre ellos se encuentran las perturbaciones en los mercados de energía, alimentos y materiales clave, que a su vez han impactado aún más las cadenas de suministro mundiales.
Suponemos que el flujo crítico de gas de Rusia a Europa no se cortará, evitando que la crisis agrave sustancialmente los costos de las economías europea y mundial, pero eso sigue siendo un riesgo a la baja", señala el banco.
En cuanto a la inflación, se sitúa ahora en el 8% en EEUU y Europa, muy por encima de lo que se esperaba en diciembre.
Deutsche Bank: Inflación y guerra…o guerra e inflación
"Lo más preocupante, especialmente en EEUU, son los indicios de que los factores subyacentes de la inflación se han ampliado, emanando de unas condiciones muy restrictivas del mercado laboral y extendiéndose a bienes y servicios".
"La psicología de la inflación ha cambiado significativamente, y aunque las expectativas de inflación a largo plazo aún no se han desanclado, corren cada vez más riesgo de hacerlo", precisan estos expertos.
La Reserva Federal ha dado señales claras de que está cambiando a un modo de endurecimiento más agresivo.
Se espera que este endurecimiento, advierte la entidad alemana, produzca un crecimiento negativo en Estados Unidos durante dos trimestres durante el otoño-invierno de 2023-2024 y que reduzca el crecimiento a ligeramente por encima de cero ese invierno.
"A partir de entonces, el crecimiento se recuperará a medida que la inflación retroceda y la Fed revierta algunas de sus subidas de tipos."
También avisa de "la enorme incertidumbre que rodea a estas previsiones", siempre sin olvidar que "los riesgos a la baja y de una desaceleración más profunda son considerables".