La aprehensión ocurre cuatro meses después que el presidente López Obrador ordenará reabrir la investigación del hecho ocurrido en el año 2014
México ha detenido a Ángel Casarrubias Salgado, alias «El mochomo», presunto líder del cártel Guerreros Unidos y que, según las autoridades, es un sospechoso clave en el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa que desaparecieron en 2014 en la ciudad de Iguala, municipio ubicado en el suroeste estado de Guerrero.
El Político
«El mochomo», por quien la fiscalía ofrecía una recompensa de unos 65 millones de dólares por información que condujera a su arresto, fue detenido el miércoles 24 de junio en el municipio de Metepec en el estado de México, entidad federativa que prácticamente envuelve a toda la Ciudad de México, la capital.
El detenido ya se encuentra en la prisión de máxima seguridad «El Altiplano», en el estado de México.
Es presuntamente el autor intelectual y el responsable de la desaparición de 43 jóvenes que estudiaban para ser profesores en una escuela en Ayotzinapa.
«El mochomo» es hermano de Sidronio y Adán Cenén, alias «El chino» y «El tomate» respectivamente, exlíderes de Guerreros Unidos y quienes ya fueron arrestados por estar supuestamente involucrados en el caso.
Novedades en el caso
La detención supone un nuevo hilo del que los investigadores pueden tirar en su esfuerzo por desmarañar un complejo caso sobre el que apenas ha habido novedades en los últimos años. La desaparición forzada de Iguala en 2014 provocó una gran conmoción en la sociedad mexicana, además de suponer un golpe letal para el ejecutivo de Enrique Peña Nieto, presidente entre 2012 y 2018.
Según la versión oficial, un grupo de estudiantes tomó por la fuerza unos autobuses en Iguala para participar en una protesta en Ciudad de México. Antes de salir de la ciudad, un grupo de policías detuvo a los jóvenes y los entregó a Guerreros Unidos.
Según las investigaciones de la Fiscalía, este cártel los asesinó, quemó y tiró en un basurero municipal, una versión que se apoya en el testimonio de más de cien personas que fueron arrestadas tras la desaparición.
Sin embargo, 77 de los 142 detenidos han sido liberados debido a irregularidades cometidas por la fiscalía. Entre estas irregularidades se incluyen torturas a los testigos y pruebas que resultaron ser inconsistentes. Varias ONG y los familiares de los estudiantes han realizado pruebas que contradicen el resultado del relato oficial.
Entre otras investigaciones, un equipo internacional de expertos forenses concluyó que los jóvenes no fueron calcinados en el basurero porque ahí no se había generado calor suficiente para desintegrar 43 cuerpos.
A inicios de este año, una juez de Arizona, en Estados Unidos de América publicó una sentencia que rechaza la versión oficial al acusar directamente al gobierno mexicano de «torturar» testigos, además de «crear y plantar» evidencias en la escena del crimen «con el fin de sustentar la falsa ‘verdad histórica’» .La juez Molly S. Frazer dijo incluso que el ejército y la policía federal participaron activamente en la desaparición de los estudiantes.
Reapertura del caso por orden del Presidente
Con la intención de resolver este crimen, ocurrido hace casi seis años, el 13 de febrero de este año, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ordenó a las autoridades que reiniciaran la investigación sobre qué ocurrió aquella noche de 2014, cuando desaparecieron los 43 estudiantes del municipio de Ayotzinapa en las proximidades de Iguala, ciudad del estado de Guerrero.
En tal sentido, López Obrador envió una carta a Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte, y otra a Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, para que se reúnan una vez al mes con él para abordar los avances en este caso.
«Vamos a seguir la investigación con todos los elementos, con todos los medios que tiene el Estado mexicano, aclarar lo que sucedió es un asunto de Estado», dijo el presidente sobre este complejo caso en el que, casi seis años después, todavía se desconoce el paradero de los 43 estudiantes.
La primera cita fue el 5 de mayo. El fiscal Gertz Manero expresó su voluntad de dar comienzo de nuevo a la investigación de Ayotzinapa. «Todo aquél que provea información para resolver el caso obtendrá protección, amnistía y recompensa por parte del gobierno», prometió López Obrador.
José Ángel Casarrubias Salgado, El Barbas o El Mochomo, es uno de cuatro hermanos que formaban parte de la estructura de Guerreros Unidos (GU), grupo vinculado a la desaparició de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y el asesinato de seis personas más, durante los ataques del 26 de septiembre de 2014, en Iguala de la Independencia. Los Casarrubias Salgado son originarios del municipio de Teloloapan, municipio que al igual que Iguala, se localiza en la región norte de Guerrero.
Aunque en un principio, las autoridades del gobierno federal no sabían en donde estaba José Ángel, versiones oficiales presumen que operaba desde el estado de Chicago, en los Estados Unidos. Tras la detención de los hermanos Mario y Adán, Sidronio Casarrubias apodado El Chino, se hizo cargo de la organización, y junto con su hermano Adán, son señalados como los responsables de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Ayotzinapa, Raúl Isidro Burgos. Mario Casarrubias, se encuentra preso en el penal del Altiplano, donde enfrenta un proceso penal por delincuencia organizada y portación de armas de uso exclusivo de las fuerzas federales. Informes federales confirman que la captura de José Ángel, habría ocurrido en el municipio de Metepec en Estado de México, donde estaban afincados los hermanos desde hace varios años. José Ángel, El Mochomo, era quien controlaba los envíos de droga y cobro de dinero del grupo delictivo, lo vinculan como parte del grupo que operaron los días 26 y 27 de septiembre la captura, detención y desaparición de los 43 estudiantes en el municipio de Iguala.
Fue hasta abril de 2014, cuando la Comisión Nacional de Seguridad identificó al Sapo Guapo, como Mario Casarrubias Salgado como uno de los principales traficantes de droga a Chicago. Antes de su captura, El Mochomo habría establecido coordinación con Juan Carlos Flores, mejor conocido bajo el alias de La Beba, principal líder de la Policía Tecampanera y con quien controlaba la zona de Teloloapan.
Aunque han tenido diferencias en algunos momentos, La Beba y Mochomo enfrentan a un enemigo común que los ha orillado a cerrar filas, La Familia Michoacana (FM), con quien desde hace varios años se disputan los límites entre Teloloapan y Arcelia, este último municipio considerado como la puerta de entrada a la Tierra Caliente. https://www.milenio.com/policia/mochomo-capo-controlaba-venta-droga-guerreros
En México se estima que oficialmente hay 60.000 personas desaparecidas, pero varias organizaciones estiman que la cifra real podría ser superior a las 300.000. Es difícil saber cuántos desaparecidos hay porque muchos familiares no suelen denunciar este delito por miedo a sufrir represalias por parte del crimen organizado.
(Con información de ABC)