Las autoridades rusas han detenido a un ciudadano uzbeko, de 29 años, sospechoso de ser el autor material del atentado que resultó en la muerte del teniente general Ígor Kirílov, jefe de las fuerzas de defensa radiológica, química y biológica del ejército ruso.
El ataque ocurrió el 17 de diciembre en Moscú, cuando un artefacto explosivo oculto en un patinete eléctrico fue detonado a distancia, matando a Kirílov y a su asistente.
El detenido, identificado como Ajmad Kurbanov, confesó haber sido reclutado por los servicios especiales de Ucrania para llevar a cabo el ataque. Durante su arresto, indicó que recibió una oferta de 100,000 dólares y la posibilidad de obtener un pasaporte europeo a cambio de ejecutar el atentado.
Según el Comité de Investigación ruso, Kurbanov había instalado una cámara de vigilancia en un coche alquilado para monitorear la entrada del edificio donde vivía Kirílov y transmitía imágenes en vivo a los organizadores del ataque en Dnipró, Ucrania
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia ha confirmado que Kurbanov fue detenido pocas horas después del atentado y enfrenta cargos por terrorismo y asesinato, que podrían resultar en una condena a cadena perpetua.
Este incidente marca uno de los ataques más significativos dentro de Rusia desde el inicio del conflicto con Ucrania, con el servicio de inteligencia ucraniano asumiendo la responsabilidad del asesinato, acusando a Kirílov de ser responsable del uso de armas químicas contra tropas ucranianas.