Han pasado casi tres meses desde que Rusia invadió a Ucrania, un periodo de 12 semanas en el que las fuerzas rusas han provocado la devastación del país y de su población, causando muertes a gran escala y provocando la huida de millones de personas.
El Político
Sin embargo, la invasión no ha sido el éxito militar que Moscú esperaba y ahora se encuentra en su segunda fase.
La mayor parte de los combates se ha trasladado al este tras el fracaso de los avances rusos en el centro de Ucrania, reportó CNN.
Incluso, los defensores se están centrando en recuperar algunas zonas clave más cercanas a la frontera rusa, mientras que Moscú está viendo cómo sus tropas retroceden en algunas batallas clave.
La ayuda occidental también está llegando a Ucrania, la OTAN está a punto de reforzarse a medida que los países tratan de unirse y el primer soldado ruso acusado de crímenes de guerra ha sido juzgado.
Donbás
Tras semanas de intensos combates, la región ucraniana del Donbás oriental está "completamente destruida", dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelenski.
Zelenski acusó a Rusia de un "intento deliberado y criminal de matar a tantos ucranianos como sea posible" después de que un pueblo de Chernihiv fuera alcanzado por misiles, dejando muchos muertos.
Funcionarios de la región dicen que la línea del frente está siendo bombardeada "día y noche", con las fuerzas rusas tratando de romper las líneas ucranianas.
Járkov
Las fuerzas ucranianas han rechazado los ataques de Rusia en la segunda ciudad de Ucrania, Járkov, y han avanzado hacia la frontera en varios lugares al norte y al este de la ciudad.
Las autoridades ucranianas dijeron la semana pasada que estaban liberando pueblos en las afueras de la ciudad. Sus avances supusieron la simbólica y embarazosa expulsión de las fuerzas del Kremlin hacia su propia frontera, al tiempo que suponían la amenaza estratégica de cortar las líneas de suministro de Rusia hacia Ucrania y desplazar sus fuerzas hacia el sur del Donbás.
Anastasia Paraskevova regresó recientemente a su casa en Járkov por primera vez desde que huyó de la ciudad hace dos meses. Desde entonces había estado sometida a constantes bombardeos, hasta que las fuerzas rusas fueron repelidas.
Jersón
Cada día cientos o, incluso, miles de personas intentan huir de la región de Jersón ocupada por Rusia, en el sur de Ucrania.
La ciudad está bajo control ruso desde el principio de la invasión. Los ucranianos se marchan por muchas razones: para evitar ser detenidos o para escapar de las acciones de mano dura de las fuerzas rusas, o por la escasez crónica de medicamentos y otros productos básicos en Jersón, que cayó bajo control ruso poco después de la invasión.
La semana pasada, un convoy de unos 1.000 vehículos intentó salir de Jersón. Al final, los rusos permitieron que el convoy se desplazara por tandas, pero solo después de retenerlo en un lugar durante la mayor parte del día.
Mariúpol
Mariúpol, ciudad portuaria en el mar de Azov, cayó finalmente en manos de las fuerzas rusas tras semanas de incesantes bombardeos.
La ciudad fue el escenario de algunos de los combates más intensos desde que Rusia lanzó su invasión de Ucrania. Fue allí donde Rusia llevó a cabo ataques mortales contra una sala de maternidad y el bombardeo de un teatro donde cientos de civiles se habían refugiado de la violencia.
Mariúpol se convirtió en un símbolo de la resistencia ucraniana cuando sus defensores resistieron en Azovstal, una extensa planta siderúrgica en la que se refugiaron hasta 1.000 civiles en un momento dado, mientras las reservas de alimentos y agua disminuían.
Bucha
Están apareciendo más pruebas de posibles crímenes de guerra rusos en Bucha, la ciudad del norte de Ucrania cercana a Kyiv, la capital. Una investigación de The New York Times afirma que los paracaidistas rusos llevaron a cabo ejecuciones sumarias de, al menos, ocho hombres ucranianos en Bucha el 4 de marzo.
Desde principios de abril, tras la retirada de las fuerzas rusas de la región de Kyiv, siguen apareciendo pruebas de fosas comunes y ejecuciones de civiles en las ciudades de Bucha y Borodianka.
Las imágenes de cadáveres esparcidos por las calles de Bucha han provocado la condena internacional y han alimentado las peticiones de una investigación sobre posibles crímenes de guerra rusos.