Venezolanos residentes en México han construido una red perfectamente estructurada entre ambos países que hace acopio de medicinas para enviar a fundaciones en Venezuela, a cuyo Gobierno piden que declare al país en emergencia humanitaria.
La organización se conecta con otras fundaciones radicadas en Venezuela, estableciendo así lazos que permiten perpetuar la comunicación y dar seguimiento a los envíos.
Estamos totalmente en contacto con los organizadores y los trabajadores de las fundaciones”, cuenta la doctora Omarli Brizeño, quien admite que la clandestinidad de sus acciones es irremediable debido al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El Gobierno “no ha declarado emergencia humanitaria” y, al no hacerlo, no puede recibir ayuda humanitaria, y el país la necesita, señala.
La organización opera desde una parroquia del barrio de San Fernando, en el sur de Ciudad de México.
Mujeres y hombres reciben y clasifican con precisión cirujana las medicinas, para después enviarlas a Venezuela con viajeros anónimos.