Centenares de descendientes de inmigrantes armenios conmemoraron en Buenos Aires el aniversario de los 102 años del comienzo del genocidio producido por el pueblo turco en la Primera Guerra Mundial.
La conmemoración comenzó con una ceremonia religiosa en la iglesia armenia de la capital argentina, en la que participó la vicepresidenta del país, Gabriela Michetti, y en la que manifestó que "más de un millón y medio murieron".
"En nuestro país contamos con una de las comunidades armenias más importantes del mundo, la más importante de América Latina y la tercera del mundo", relató Michetti, y agregó que "el genocidio fue reconocido en el año 2007″ por Argentina.
Tras este reconocimiento, la vicepresidenta explicó que la fecha de este lunes es "el día de la acción y la tolerancia por el respeto de los pueblos", y destacó que la multiplicidad cultural de la historia de Argentina es lo que "enriquece" el país.
Según el presidente del Centro Armenio y de la Federación Argentina de Colectividades, Juan Sarrafian, indicó a Efe que en el país existen 150.000 armenios y descendientes de esta nacionalidad, quienes fueron recibidos "con los brazos abiertos" y que están "distribuidos en Buenos Aires, Córdoba (centro), la ciudad de Rosario (centro) y de Mar del Plata (este)", en su mayoría.
"Para nosotros significa un pedido de justicia no cumplido. Las grandes potencias ignoran la existencia de este genocidio, obviamente por razones económicas", aseguró.
El presidente definió a todos los presentes como "pruebas vivientes" del genocidio, que comparó con el que, según él, sucede en la actualidad en Siria.
La diáspora de Armenia, que describió como la población que compone una nación pero que vive fuera de su territorio geográfico, es de "ocho millones de habitantes", frente a los tres millones de armenios que residen en Armenia.
Una de las asistentes, vestida con una blusa en la que está dibujada la flor violeta "nomeolvides", símbolo elegido hace dos años por el centenario del genocidio, y que junto a su familia ha continuado fervientemente las costumbres de sus antepasados llegados a Argentina, es Flavia Papazian.
"Es algo que nos influyó a todos, si no hubiera habido una matanza no estaríamos aquí en Argentina", subrayó.
Papazian contó que se siente "tan armenia como argentina", sus tatarabuelos cruzaron el océano buscando una oportunidad en Argentina y, años después, una de sus descendientes entró en la lista de los, según organismos de derechos humanos, 30.000 desaparecidos en la última dictadura militar (1976-1983).
Tras la ceremonia religiosa, una marcha con centenares de descendientes y armenios partió en dirección a la embajada turca, donde pidieron el reconocimiento mundial del genocidio, ya que hay países que todavía no han oficializado el ataque producido en 1915 contra el pueblo armenio.
"También marchamos para que la gente lo reconozca, acá y en otros países. Es una muestra para que todos sepan lo que pasó", recalcó.
Fuente: EFE