“La mitad de la vía es toda la superficie útil.
Los extremos, derecha e izquierda, están en las alcantarillas”.
Dwight D. Eisenhower
La agria polarización izquierda-derecha, que está destruyendo la estabilidad política en muchos países, podría tener una consecuencia auspiciosa: el surgimiento de un sólido centro político. No mañana, ni en un año, tomará parte de esta generación política.
El problema con la diatriba derecha-izquierda es que hay que comprar el paquete completo. Si alguien es de izquierda no puede apoyar privatizaciones, si es de derecha debe olvidarse de programas sociales.
Gonzalo Morales Divo / El Político
¿Por qué? Porque vivimos en un mundo de “silos ideológicos” cada vez más cerrados y radicales. Los vigilan y censuran. La polarización es "the law of the land" en la mayoría de los países democráticos: izquierda y derecha; liberales y conservadores; demócratas y republicanos…
En EE. UU., por ejemplo, es cada vez más extraño encontrar alguien un votante que apoye un gobierno pequeño y economía privada, y a la vez programas sociales extensivos. Que acepte la globalización y la agenda ecologista.
Sorprendentemente, encontramos que muchos también tienen un menú hecho a la medida y no dictado por las conveniencias de demócratas o republicanos. En ese caso, como "independientes" en el mejor sentido de la palabra. Y tampoco hay que buscar un "centro perfecto", el cual es casi imposible, sino al menos la capacidad de aceptar postulados o politicas de una forma más prágmática que dogmática.
Lo anterior parece contradictorio pero no lo es. Enumero algunas ventajas del centro político:
- Está caracterizado, indudablemente, por moderación y centrismo en vez de extremismo y radicalización.
- Facilita la creación de consensos y acuerdos.
- Es esencial en la democracia para evitar posiciones irreconciliables.
- Posibilita el "swing vote" (voto oscilante) que puede destrabar un nudo politico.
- Hace de la negociación un proceso común y eventualmente indispensable.
- Considera los consensos y acuerdos como triunfos y no como recursos de última hora.
- También entiende los acuerdos como el fin deseado y no un último recurso.
- Ahorra tiempo, evitando larguísimas sesiones que pueden extenderse por días, semanas y meses.
- Prepara a las nuevas generaciones políticas a una negociación democŕatica que busca acuerdos y no imposición.
Esperemos que salgan voces y líderes que impulsen el centro político, que lo enseñen, que le sean fiel. Reglas claras y consensuadas, que solo obedezcan a la Ley, no infalible, pero sí independiente.
El centro político es un desideratum, pero con generaciones políticas más abiertas al diálogo y al consenso, podría ser -sorprendentemente- la norma. Huelga decir que es más difícil en Latinoamérica porque las democracias son más frágiles, pero paradójicamente pueden ser el pegamento que las mantenga en existencia.
Con centro político hay más posibilidad de consenso, más acuerdos para legislar, menos extremismo que regularmente polariza en vez de acercar a los actores de un evento político. Obviamente los acuerdos fluyen mejor, la repartición de méritos es más equitativa y, al final, la motivación es ejercida por todo el estamento político.
Requerirá audacia. Es temerario e impopular ahora, pero se vislumbra en un futuro posible como una opción más normalizada en las sociedades que hayan logrado un equilibrio político.