El Gobierno de Perú declaró hoy el estado de emergencia (excepción) en la provincia de San Román, en la región sureña de Puno, donde los ciudadanos protagonizan una violenta protesta para exigir a las autoridades que fortalezcan la lucha contra la delincuencia y la inseguridad ciudadana.
La decisión, publicada en la gaceta oficial, indicó que la medida se aplicará durante 30 días y que el control del orden interno de la provincia estará a cargo de la Policía Nacional con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
El decreto recordó que durante el estado de emergencia quedan suspendidos los derechos constitucionales relativos a la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad de domicilio, la libertad de reunión y de tránsito.
Los pobladores de Juliaca, la capital de San Román, acatan un paro de 48 horas en el que han bloqueado con piedras, palos y neumáticos las principales vías y han incendiado más de una decena de locales en los, según denuncian, funcionaban burdeles.
Los organizadores de la paralización señalaron que la protesta es contra la ola de criminalidad y la inseguridad ciudadana en la provincia y en rechazo a las acciones de la Policía Nacional, la Judicatura y las autoridades municipales y regionales.
Los pobladores piden el cierre definitivo de bares, discotecas, prostíbulos y otros locales nocturnos, así como el cambio de funcionarios de las gerencias de Seguridad Ciudadana y Fiscalización y Control.
Exigen, además, que se nombre una comisión del Ejecutivo presidida por el ministro del Interior, Carlos Basombrío, para discutir la política de seguridad en su provincia.
Medios locales señalaron hoy que tras la declaración de emergencia se ha destinado a 800 policías y unos 350 militares para que asuman el control de Juliaca.
El diario Los Andes, de Puno, señaló que los policías y militares han tomado las calles desde las primeras horas de hoy y la población ha recibido la decisión "con asombro".
Los dirigentes de la manifestación señalaron, en un pronunciamiento, que acatarán el estado de emergencia, aunque remarcaron que si el problema de la inseguridad no se soluciona reanudarán su protesta en cuanto se levante la medida de excepción.
Sin embargo, un numeroso grupo de pobladores volvió a salir hoy a las calles, ahora para rechazar la declaración de emergencia e incluso hubo algunos conatos de enfrentamiento cuando los policías despejaban la carretera hacia la ciudad del Cuzco.
El dirigente Pedro Jallurana señaló que "el paro no se suspende", porque eso sería "traicionar a la población", según publicó Los Andes.
"Se tienen que cumplir las 48 horas. El estado de emergencia no nos va a amedrentar", remarcó.
Con información de: EFE