Las reiteradas críticas al Gobierno de Chile por parte de la filántropa chilena Lucy Ana Avilés que financió al avión SuperTanker y la distancia que el Ejecutivo tuvo con esa tripulación, en comparación con la del avión ruso Ilyushin Il-76 y otras delegaciones que fueron a ayudar en la extinción de los incendios forestales, han generado un debate en esa nación, reseña El Mercurio
Hasta antes del megaincendio que arrasó con más 470 mil hectáreas, dejó 11 muertos y redujo a cenizas el poblado de Santa Olga, las voces de los expertos señalaban que los grandes aviones tanqueros no eran funcionales para las características geográficas del país.
Por su parte, el director de la Comisión Nacional de Asuntos Forestales (Conaf), Aaron Cavieres, ejemplificó esto con un dato: el Hércules brasileño que trajo el Gobierno del presidente Piñera para combatir los incendios en 2014 no fue efectivo, aseguró. "Tiró el agua y llegó como una llovizna repartida en cualquier lugar, sin ningún efecto", comentó.
Pero ante la fuerte presión en redes sociales de la filántropa chilena y el descontrol del siniestro que terminó siendo el segundo más grande en el siglo XXI, obligaron a la autoridad facilitar la operación del avión norteamericano SuperTanker, el cual fue financiado por Avilés a través de su fundación. Pero no fue él único.
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