El régimen de Daniel Ortega, en el hostigamiento creciente contra la iglesia Católica, no solamente ha sacado del aire a la emisora Católica, sino que inició una persecución contra algunos sacerdotes.
El Político
El hostigamiento, en lo particular va dirigido al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Alvárez, quien se mantiene en ayuno de agua y suero, y prohibido el ingreso a misa de los feligreses
El acoso a Monseñor Alvárez
"Yo estaré en oración, estaré haciendo exorcismo desde aquí, estaré orando", dijo monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa.
Álvarez es una de las voces más firmes en contra de la dictadura que permanecen todavía en Nicaragua.
El prelado decidió refugiarse en la parroquia del Santo Cristo de Esquipulas, que de inmediato fue cercada por agentes revolucionarios.
"La guardia sandinista no ha permitido a la feligresía entrar en la sacristía. Se han apostado en todo el perímetro de la iglesia y han cerrado las calles", advirtió hoy domingo el padre Padilla.
Padilla ha intentado el diálogo con los agentes apostados afuera de su iglesia, una misión imposible. "Ustedes que son policías están cometiendo delito", les encaró el sacerdote.
Quienes sí reaccionaron el viernes desde su exilio en Estados Unidos fueron monseñor Silvio José Báez, arzobispo auxiliar de Managua, y el padre Edwing Román.
Ambos recordaron cómo en 1983, durante su estancia en el seminario, se conocieron huyendo de la persecución sandinista.
"Era el muchacho que coordinaba a nivel nacional los grupos juveniles católicos. Ese día conocí a quien años después sería monseñor Rolando Álvarez".
Los Caínes y Judas
Daniel Ortega ha señalado al clero como su gran enemigo tras encarcelar a los principales dirigentes y activistas del país o tras ser forzados al exilio.
"Son los Judas y son los Caínes, son los que al final celebraron el martirio de Cristo. Son los que al final dieron el beso de Judas", sermoneó Ortega durante la pasada Semana Santa.