Por muchas y sobradas rezones el futuro de la selva del Amazonas será uno de los temas centrales que se abordará en la COP26 a partir de este domingo en Glasgow. En primer lugar, porque cuando se habla sobre bosques, no existe nada en el mundo que se le asemeje al Amazonas.
El Político
El tema lo aborda con meticulosidad Seba Kamin en el sitio informativo digital argentino Infobae. El autor es licenciado en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires como comunicador científico, y en Biología de la conservación de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Para entrar en contexto, comienza por pasar revista a cifras relevantes. Abarca más de 7 millones de km2 a lo largo de nueve países de América del Sur, de los cuales, casi un 60%, están en territorio de Brasil. Según una publicación reciente del World Wildlife Fund (WWF), la selva amazónica contiene alrededor de 40 mil especies de plantas, 427 especies de mamíferos, mil 294 especies de aves, 378 especies de reptiles, 427 especies de anfibios y 3 mil especies de peces.
Se trata de cifras mínimas, ya que se descubren continuamente nuevas especies. Esto significa, por ejemplo, que en la cuenca del Amazonas hay un mayor número de especies de peces que en todo el Océano Atlántico. Y que cerca de una de cada diez especies conocidas de seres vivos viven en esta región.
Siete razones científicas que confirman que el planeta se está calentando | Por Seba Kamin https://t.co/djPNCTJGYT
— infobae (@infobae) October 15, 2021
El Amazonas pierde su biodiversidad
Conforme a Kamin, lamentablemente en los últimos tiempos han sido tapa de los diarios y centro de debate entre ambientalistas los incendios y la deforestación que viene sufriendo la zona, que es un patrimonio invaluable del planeta. Esto se observa muy claramente en un reporte del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea sobre la pérdida y degradación del bosque amazónico. El mismo informa que “desde la década de 1970, la Amazonía brasileña ha perdido una parte considerable de su extensión de bosques., Principalmente debido a la conversión en pastos para ganado, campos de cultivos comerciales y en menor medida en áreas mineras y represas de agua. En el llamado Arco Brasileño de Deforestación en la frontera este y sur de la selva amazónica, un área con las tasas de deforestación más altas de Sudamérica en los últimos 40 años, el área de bosque disminuyó en más del 24% desde 1975 hasta 2014″.
El autor añade que además de la pérdida de biodiversidad local y del hábitat, la problemática tiene consecuencias de un alcance mucho mayor. En el plano regional, la reducción de la superficie de bosques genera desbalances hídricos. Estos se ven reflejados en cruentas sequías y pérdidas económicas a futuro en el orden de billones de dólares. Pero para poder comprender por qué va a ser un tema de debate en la cumbre climática de Glasgow, hace falta pensar en el rol del Amazonas globalmente.
El Amazonas: un pulmón del planeta
Estima que en un contexto de calentamiento global debido al aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero, resulta crucial tener en cuenta algunos aspectos. Entre ellos conservar todo ambiente que pueda secuestrar y asimilar estos gases removiéndolos de la atmósfera. En este sentido, el bosque amazónico ha sido durante décadas considerado un “pulmón” del planeta. Y es uno de los principales sumideros de carbono por fuera de los océanos.
A su modo de ver, el autor indica que tal vez lo más correcto en realidad es decir que era uno de los principales sumideros de carbono. Ya que debido a su continua destrucción a manos humanas, está comenzando a emitir más dióxido de carbono del que captura. Y esta fue justamente la conclusión de un trabajo publicado en julio de este año en la revista Nature. El mismo se elaboró entre 2010 y 2018 y que consistió en 590 vuelos sobre el Amazonas para recopilar información.
La líder científica de este trabajo, Luciana V. Gatti, concluyó: “Lo que constatamos es que la Amazonia ahora emite más de lo que absorbe, por culpa del desmonte y las quemas. No es que la selva dejó de absorber y pasó a emitir, sino que continúa absorbiendo, pero menos que antes. Se está calentando y están muriendo más árboles”, precisó.
Fuente: Infobae