Los cubanos están acostumbrados a sortear dificultades y esta vez les toca reactivar el sistema de "mulas" en el puente aéreo Miami-Habana para mitigar el corte de las remesas familiares.
El Político
Con la apertura del aeropuerto de La Habana el 15 de noviembre, se reinició el tránsito de personas entre Cuba y Estados Unidos tras casi ocho meses de cierre por la pandemia.
Pero también un acarreo de dinero y mercancías vitales para la supervivencia, más aún tras el cierre de Western Union, el canal formal de envío de remesas por cerca de 20 años.
"Esto es una ayuda para la familia, y más con las medidas de ahora del dólar (corte de remesas)", dijo a Listin Diario Ernesto Pérez, de 42 años, quien llegó a La Habana tras nueve meses sin ver a sus padres.
Hay que resolver
"Resolver" es la palabra clave de una filosofía de supervivencia, formada durante seis décadas de embargo norteamericano y de ineficiencias del modelo económico, de corte soviético.
Ningún viajero admite estar haciendo negocios, más aún cuando la televisión cubana narra a diario casos policiales contra ilegalidades que concluyen con prisión y decomiso.
Se trata de un tráfico de hormigas, regulado por leyes aduanales y tolerado ante una escasez reforzada por la pandemia, que dejó las tiendas "peladas", con estantes que sólo ofertan pomos de agua, ron y miel de abeja.
Beneficio
"No es solo dinero: muchas mercancías importantes vienen a través del aeropuerto", confirma el economista Ricardo Torres, del Centro de Estudios de la Economía Cubana.
Por eso la gran noticia, además del reinicio de los vuelos, fue la eliminación del límite de equipaje de dos bultos de 32 kilos, establecido durante la pandemia. Los viajeros procedentes de Miami se caracterizan por su numeroso equipaje.
La virtual victoria de Joe Biden en Estados Unidos levanta expectativas entre los cubanos, que esperan que después de asumir el 20 de enero anule buena parte de las más de 130 restricciones que Trump añadió al embargo.
"Creo que lo que se elimina ahora con Western Union es un canal, pero hay otros canales, que estoy seguro que ya muchos, en ambos lados del estrecho (de Florida), están probando para continuar este flujo", añade Torres.
Eliminar vías oficiales
El lunes se advirtió que el cierre de esa empresa estadounidense elimina "las vías oficiales y más seguras para el envío de remesas" y "puede estimular la ilegalidad".
Las remesas, estimadas en unos 3.500 millones de dólares anuales, son un importante sostén para muchas familias cubanas, y la segunda entrada de divisas al país, tras la venta de servicios médicos y por delante del turismo.
Ney Ascón, de 53 años, es un solicitado mecánico de electrodomésticos en la capital. "En este tiempo (de pandemia) no tuve nada, hemos trabajado sin nada prácticamente", dice el cubanos.
Con la reanudación de los vuelos "hay algunas piezas que uno no tiene, que allá las hay, te la pueden mandar, la pueden buscar, eso es lo que nos beneficia a nosotros", comenta.
Dólares en el equipaje
Después del cierre de Western Unión, la operación es realizada por "pasajeros individuales que sirven como mulas para llevar a bordo moneda estadounidense con cargo a sus familiares", dice John S. Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, con sede en Nueva York.
Según Kavulich, hay 12 vuelos diarios entre Estados Unidos y Cuba, que transportan unas 1.800 personas. Las leyes cubanas permiten ingresar al país hasta 5.000 dólares por viajero, sin necesidad de declaración.
Desde hace un año los dólares son más bienvenidos en Cuba, después de que el gobierno, apremiado por la necesidad de divisas, abriera tiendas en esa moneda que los residentes pagan con tarjetas bancarias de cuentas que se alimentan con el dinero enviado por familiares y amigos.
Por ello, en el mercado informal su cotización aumentó un 50% frente a la moneda local.