El Gobierno cubano desaprovechó las oportunidades propiciadas por el proceso de normalización de relaciones con EE.UU. para rescatar una economía al borde del colapso, en un ejercicio de "mucho ruido y pocas nueces", señaló hoy a Efe Emilio Morales, presidente del The Havana Consulting Group.
Si bien hoy las aerolíneas más importantes de EE.UU. vuelan a Cuba a diario, crece el envío de remesas y artículos a la isla y el turismo estadounidense ha tenido un "aumento meteórico", esto es insuficiente para sacar a una economía de sus profundas limitaciones y estancamiento, consideran desde el prestigioso grupo.
"Cuba no ha sabido aprovechar estos dos años de deshielo y normalización de relaciones con Estados Unidos" y ha dejado pasar, por ejemplo, una ocasión de oro en el sector de los cruceros, una industria que, apuntó Morales, mueve 23 millones de pasajeros al año en el Caribe.
"Era como para que Cuba ya estuviera funcionando e invirtiendo en infraestructura turística, más aún habiendo 19 compañías estadounidenses" de cruceros que han solicitado licencias para operar en la isla caribeña, pero "todo está parado", apostilló el experto.
Cuba, con la "adecuada infraestructura turística que tienen otros países caribeños, sería, fácilmente, el principal destino de cruceros del Caribe", afirmó Morales, autor del estudio del influyente The Havana Consulting Group sobre el nuevo panorama de relaciones que se abre entre Cuba y EE.UU., un informe que se presentará a finales de diciembre.
Y es que la caída de las exportaciones cubanas, la práctica desaparición de la entrega de crudo venezolano en condiciones preferenciales, que ha pasado de 125.000 barriles diarios a 50.000, y la repatriación masiva de personal de servicios médicos han colocado la economía cubana en una situación crítica, estimaron.
La receta para salir de esta grave crisis en la que Cuba ha perdido sus dos soportes financieros más importantes en los últimos dos años, Venezuela y Brasil, pasa, en opinión de Morales, por una sola medicina: "Abrir, abrir y abrir la economía. No hay otra solución".
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Por tanto, estimó el economista cubano, las estrategias prácticas de las que puede echar mano el Gobierno cubano se deben cimentar en la apuesta por "construir una buena relación con EE.UU., abrirse más a la inversión extranjera y a una economía de mercado".
De lo contrario, si las relaciones con EE.UU. vuelven a los términos de la época del entonces presidente George W. Bush, advirtió Morales, Cuba podría sufrir un retorno "en los próximos cinco años" al denominado "Período Especial", una época de penuria económica en la isla tras el derrumbe de la URSS y el bloque del Este.
No obstante, Morales no cree que el presidente electo, Donald Trump, vaya a tomar medidas que supongan el regreso a una situación similar a la descrita, pero sí podría ejercer una fuerte presión sobre el régimen cubano para que este muestre señales de apertura hacia una economía de mercado y de respeto a los derechos humanos.
Pese a todo, Morales resaltó que con el deshielo el número de pasajeros que voló de EE.UU. a Cuba superó el año pasado los 700.000 viajeros, de los que 500.000 son cubano-estadounidenses.
De hecho, solo la venta de pasajes entre 2009 y 2016 generó unos 1.800 millones de dólares, por lo que, podemos decir, añadió, que el "deshielo ha convertido a EE.UU. en el segundo emisor de turistas a Cuba", tras Canadá.
Así, entre enero y junio de 2016, un total de 423.368 turistas estadounidenses volaron a Cuba, el 27,42 % más que en el mismo período de 2015, frente a 777.678 canadienses, lo que supone una caída de los segundos del 6,74 % respecto del mismo período.
Un dato que resalta el vigor del volumen de negocios "a uno y otro lado de la orilla que involucra a los cubanoamericanos y el turismo", de unos 9.000 millones de dólares anuales, aunque el 65 % del comercio contabilizado "se queda en el mercado estadounidense".
Por esa razón, Morales ve improbable que Trump revierta a fondo las medidas de flexibilización de restricciones con Cuba y de sanciones.
En ese contexto, Morales recordó que los cubano-estadounidenses envían anualmente artículos a Cuba por un valor de 3.500 millones de dólares, una mercancía y productos que van desde electrodomésticos a computadoras, y se envían remesas en efectivo que suman unos 3.300 millones de dólares al año.
Con información de EFE