Bajo el levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos al petróleo y gas venezolano, iniciado en noviembre de 2022 con la autorización a Chevron para retomar parcialmente sus operaciones en Venezuela, el país norteamericano recibió un total de 48.7 millones de barriles de crudo venezolano en el transcurso del año 2023.
El Político
Este retorno a las transacciones petroleras entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro, marcó una nueva fase, rompiendo la parálisis que se había establecido desde junio de 2019 con las sanciones impuestas por el expresidente Donald Trump, destacó el medio PanAM Post.
Las cifras más recientes de la Administración de Información Energética de EE. UU., correspondientes a diciembre pasado, revelan que durante ese mes se recibieron 5,082,000 barriles de petróleo venezolano. Estos datos elevan el acumulado anual a 48,742,000 barriles, representando un promedio diario de 133,539 barriles.
Esto refleja la necesidad estratégica de Washington por diversificar su suministro de petróleo, en un contexto marcado por las sanciones a Rusia debido a la invasión a Ucrania desde febrero de 2022, afirman los expertos.
Sin embargo, como expresó el periodista José Gregorio Martínez para PanAm Post, esta apertura económica hacia Venezuela ha suscitado críticas, destacando la falta de prioridad en la promoción de la democracia en el país sudamericano.
La Administración Biden, ante esta situación tomó una escueta decisión, anunciando la no renovación de las licencias otorgadas al petróleo y gas venezolano en abril, una medida que podría impactar los intereses económicos de quienes realizan negocios con el régimen de Maduro.
Este alivio de sanciones no solo permitió el regreso de Chevron, sino también el retorno del mayor operador petrolero del mundo, Vitol Group, a Venezuela desde noviembre. Además, incluyó el levantamiento de la prohibición de comerciar bonos venezolanos en el mercado secundario, facilitando su incorporación en el Índice de Bonos de Mercados Emergentes de JPMorgan a partir del 30 de abril, con un periodo de "introducción gradual" de tres meses.
Es importante destacar que está situación se dio en medio del incumplimiento del compromiso por parte de la dictadura venezolana de garantizar elecciones e instituciones libres para el desarrollo democrático. En este sentido, expone como el retorno de la democracia en Venezuela pasó a segundo plano en la política exterior estadounidense.