El periodismo serio, así como el investigativo con imparcialidad se ha perdido paulatinamente y es una realidad que ya no se puede seguir ocultando.
Los medios de comunicación masivos cada día más, se prestan a reforzar mentiras, infamias y campañas orquestadas, dirigidas y creadas desde su dirección, para darle fuerza y valor a relatos y narrativas que les son atractivas o convienen más.
Muestras sobran en los últimos años.
Sin embargo, algo aún más delicado ha estado ocurriendo, y es que los medios de comunicación, en su gran mayoría se han convertido en brazo impulsor y promotor de todas las políticas progresistas que propone la Agenda 2030, agenda que a la fecha unos cuantos siguen encontrando entre risas manifestadas desde la ignorancia, como algo de quienes ellos llaman de forma despectiva “conspiranoicos”, sin embargo, evidencias sobran en todos los idiomas, formatos y presentaciones de que es una realidad que ya no pueden seguir subestimando.
En la actualidad, por ejemplo, revistas para mujeres, como Cosmopolitan, Marie Claire o Harper Bazaar, se han dedicado de forma solapada a promover temas como el aborto, moda progresista -entre otros tópicos- que la Agenda 2030 ha hecho tendencia como parte de una conversación cotidiana y normal, que no lo es.
Hace algunos meses, la revista Teen Vogue, que hasta hace no mucho era sobre moda para adolescentes, se convirtió en el medio disruptor que empezara a hablar del mal llamado “consumo recreacional” de marihuana. Tratándolo como algo normal y que era un tema del cual no había que escandalizarse.
Cosmopolitan hace semanas, escandalizaba a quienes aún tenemos valores y sentido común, cuando explicaba en sus redes y páginas con absoluta alegría, como tener un “aborto satánico exitoso”.
Pero no dejemos a un lado el grotesco borrado de las mujeres del que están siendo parte los medios.
Es difícil de encontrar en la actualidad una revista para el público femenino, que no haya puesto en reportajes, o peor aún, en su portada, a un hombre disfrazado de mujer, en un espacio que jamás fue destinado para ellos. Antes cuando menos hacían el esfuerzo de feminizar al hombre, en la actualidad directamente los muestran con barba y donde perfectamente se pueden apreciar hasta sus genitales.
Una oda sin duda a todo lo que está mal.
Recientemente el problema ha empeorado, puesto que la revista Teen Vogue, medio que va dirigido a jóvenes, quienes se encuentran en una etapa vulnerable de su vida, donde son fácilmente manipulables y utilizables para causas, ha decidido promover con absoluta frialdad las dobles mastectomías como parte de las llamadas “transiciones de sexo”.
En el pasado, medios dirigidos a mujeres adultas, llegaron a tocar el tema de la práctica de doble mastectomía por casos como el de Angelina Jolie quien toma esa decisión por la situación de riesgo en la que se encontraba, siempre explicando que eran casos excepcionales donde debían involucrarse diversas voces médicas expertas.
Sin embargo, en esta oportunidad, hablan directa y abiertamente de transición sexual, e invitan nada más y nada menos que a jovencitas a escoger la mutilación de órganos perfectamente sanos, solamente para cumplir ese objetivo en particular de la Agenda 2030, que tantos dolores de cabeza está generando.
La narrativa que le están vendiendo a nuestros niños y jóvenes es que es necesario hacerse transiciones para encajar en sociedad, les hablan de falacias como estar “en cuerpos equivocados” y de temas que inclusive para adultos son complejos de manejar. Sin embargo, ni por error se habla de la salud mental, de atacar la disforia de género, que no aparece en ningún punto de la conversación y es la matriz de este tema.
Sumamente preocupante que el activismo se confunda con periodismo y peor aún, que eso sea lo que consumen los más vulnerables, esos que serán el futuro y que hoy por hoy se autoproclaman “no binarios”, traumados y pare usted de contar, mientras aquellos que vienen de hogares sanos, estables y con valores son excluidos y apartados por venir de “hogares fundamentalistas”.
Si tener valores y principios es ser un fundamentalista, lo soy, con mucho orgullo, además.
Cuide de cerca y en extremo que consumen sus hijos, que información les entra en su psique, con quienes convive en la escuela y socialmente, y tome las medidas que tenga que tomar para cuidarlos. No menos importante cuídese usted, su entorno y la belleza a su alrededor.
La aplanadora progresista es una realidad, y la próxima víctima puede ser usted o los suyos.
¡Hasta la próxima!