El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICV) considera que, aunque finalmente se firme el acuerdo de paz que pondrá fin a un conflicto de 50 años, aún tendrá mucho trabajo por delante en Colombia para atender a las víctimas de la violencia.
"Claramente la paz es una gran noticia y muy feliz, pero vamos a tener que continuar trabajando bastante fuerte en Colombia para hacer que las consecuencias humanitarias de este conflicto comiencen a disminuir", dijo en entrevista a Efe en Río de Janeiro el francés François Friedel, responsable por el Programa de Rehabilitación Física del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia.
Friedel, que desde hace casi tres décadas trabaja en proyectos de rehabilitación de víctimas de guerra en países como Camboya, Irak, Afganistán, Etiopía yColombia, advierte que, incluso con la firma de la paz, muchas personas aún podrán sufrir con las minas antipersonal y los artefactos explosivos sembrados en el país.
"El proceso de paz, y esperamos la firma temprano, es un hecho increíble y muy importante para el país. Pero hay que tener en cuenta que son 50 años de conflicto y las consecuencias humanitarias no van a cambiar al día siguiente", dijo el especialista en rehabilitación de amputados por minas y artefactos explosivos.
El Gobierno colombiano y la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) rubricaron el pasado 24 de agosto un acuerdo de paz que será firmado en un acto solemne el próximo 26 de septiembre en la ciudad de Cartagena. El acuerdo, sin embargo, está condicionado a su aprobación por consulta popular en un plebiscito que se celebrará el 2 de octubre.
El CICR es uno de los principales mediadores en diferentes procesos acordados por ambas partes, como la ya iniciada retirada de todos los menores de las filas del grupo armado y la facilitación de su reintegración a la vida civil.
"Vamos a seguir actuando mucho tiempo en Colombia para ofrecerle nuestros servicios a las víctimas de minas, a las familias de las personas desaparecidas, a la población privada de libertad…", afirmó Friedel, quien acompaña en Río de Janeiro a atletas amputados del Congo que disputan los Juegos Paralímpicos Río 2016.
El francés agregó que, en su labor específica de atender a las víctimas de minas, a quienes el CICR ofrece prótesis, sillas de rueda, rehabilitación y ayuda financiera, el trabajo que se espera aún será largo.
"El Comité Internacional de la Cruz Roja va a seguir atendiendo a las víctimas de minas y a las personas con discapacidades. Colombia sigue siendo, después de Afganistán, el segundo país con mayor número de víctimas de minas y explosivos en el mundo", afirmó.
LEA TAMBIÉN: Fiscalía colombiana prepara informes para la paz en Colombia
Las estadísticas oficiales usadas por el CICR indican que el 39 % de las 11.404 víctimas de contaminación por armas entre 1990 y 2015 en Colombia es civil.
De acuerdo con el CICR, aunque el número de víctimas civiles cayó desde 103 en 2014 hasta 73 en 2015, "es imposible ignorar la tragedia de la población que sigue afectada y la que no figura en las estadísticas oficiales".
Pese a esa disminución el organismo tuvo que apoyar el año pasado a unas 200 víctimas que no figuraban en los registros oficiales para que pudieran dar entrada a su proceso de reparación con el Estado y le ofreció prótesis y rehabilitación a 108 víctimas en sus seis centros de atención.
El organismo también capacitó el año pasado a 18.000 habitantes de las zonas de conflicto para que aprendieran a evitar accidentes y a conocer sus derechos en caso de convertirse en víctimas.
Con información de EFE