La ola migratoria de cubanos que llegó a Colombia, específicamente a la localidad de Turbo, ha colocado en apuros a las autoridades nacionales. Se estima que aproximadamente 1.300 isleños han llegado al país para continuar su camino hacia Panamá, un país de paso para continuar su viaje a su destino final: Estados Unidos (EEUU). Dado que el mandatario panameño, Juan Carlos Varela, decidió cerrar la frontera, para evitar el narcotráfico, los cubanos han tenido que esperar en el puerto colombiano hasta que esta sea abierta nuevamente.
María Silvia Espinoza/ El Político
Los cubanos alegan que huyen de la dictadura y de las condiciones en las que viven en su país, por lo cual han pedido tolerancia y ayuda a Colombia para que les permita seguir su travesía. Mientras tanto, la Cancillería ha visto con preocupación que no paran de llegar personas a la localidad, donde permanecen hacinadas en una bodega y en condiciones limitadas. Incluso, la situación ha llegado a ser catalogada como una crisis humanitaria por distintos voceros oficiales de la nación.
El pasado 27 de julio, el presidente Juan Manuel Santos expresó que los migrantes cubanos debían ser deportados. “Es un problema de legislación nuestra, tenemos que cambiar la legislación para ser más efectivos en el control de ese tipo de inmigrantes que generan problemas a los alcaldes en las ciudades donde se ubican”, indicó en un comunicado. No obstante, señaló que el problema no está siendo atendido únicamente desde la perspectiva legal, sino también desde la parte humanitaria.
Para Colombia, la salida es la deportación
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, ha manifestado que la única solución que considera el país para resolver la concentración de cubanos es la deportación."No podemos tener ciudadanos de ninguna nacionalidad de manera ilegal en el país y estamos trabajando en ese sentido", precisó.
Ante las peticiones que han hecho grupos de isleños para que el Gobierno colombiano los ayude a trasladarse a México-donde continuarían su travesía-, la canciller respondió que esto es imposible, puesto que el país se convertiría en centro de paso para migrantes. "Al hacerlo estaríamos coadyuvando a las bandas delincuenciales que se dedican a traficar con migrantes", agregó.
La Defensoría del Pueblo informó recientemente que entre las 1.200 personas hacinadas hay 260 menores de edad. Ante estas cifras, la alcaldía encargada de la localidad de Turbo manifestó su preocupación al respecto, puesto que la población del municipio es de 163.000 habitantes.
Desde la Iglesia colombiana se percibieron comentarios más humanitarios. El obispo colombiano Monseñor Hugo Torres hizo un llamado al Gobierno a principios de julio para que solucione la crisis humanitaria sin presionar a los cubanos. “Las rutas por tierra y por mar están resultando muy peligrosas. Muchos han muerto en el intento", expresó. La respuesta de las autoridades colombianas a este tipo de peticiones ha sido la misma: la deportación es la única salida.
Las últimas acciones que se han llevado a cabo desde el ámbito gubernamental consisten en la entrega de salvoconductos para que los migrantes puedan retornar a su país. Se les ofrece devolverse a Cuba en dos aviones que fueron habilitados para este fin, según informó Christian Kruger, director de Migración de Colombia.
Holguín indicó este jueves que se espera que en un lapso de 10 días las personas puedan abandonar el país y aseguró que en el proceso se garantizará el respeto de los derechos humanos. Por su parte, la Defensoría del Pueblo informó que hasta ahora 323 cubanos han solicitado la deportación voluntaria. Otros, en cambio, manifiestan que no están dispuestos a retornar a su país.
Perspectiva de la migración
Migrantes cubanos dijeron a Radio Caracol que ser deportados a Cuba sería experimentar una "muerte en vida" y que prefieren quedarse en Turbo el tiempo que sea necesario antes que volver a su país. "A Cuba no vamos a ir, yo he vendido todas mis pertenencias en Cuba, no tengo nada que perder y aquí prefiero morir antes que ir para Cuba", declaró uno de ellos a la cadena radial colombiana.
Entre las razones de más peso para no regresar a la isla, se encuentra el hecho de que temen que el Gobierno de Raúl Castro tome represalias contra ellos por huir del país. Ante esta inquietud, la canciller colombiana señaló que Cuba no castigaría a los migrantes y que ya había conversado con el Gobierno cubano para que esto no ocurriera. Según sus declaraciones, el régimen no tomará represalias contra quienes decidieron salir del país.
LEER: Cuba recibe a primer lote de deportados
"Las autoridades cubanas han manifestado que no va a haber ningún problema, ni tendrán ningún problema los deportados en el momento de llegar allá", puntualizó Holguín en declaraciones. Añadió que aquellos que no se apeguen a la deportación voluntaria igual terminarán siendo deportados, ya que el país no puede ayudarles a llegar a EEUU.
Se conoció que entre los migrantes hay 11 mujeres embarazadas y otras cuarenta madres gestantes. Las condiciones de salubridad en las que se encuentran son bastante limitadas. De hecho, el obispo Monseñor Hugo Torres aseguró que en la localidad hay brotes de sika y otras enfermedades asociadas.
La Conferencia Episcopal Colombiana, mediante un comunicado, expresó que no debe existir indiferencia ante los sufrimientos de los migrantes que han llegado a la nación. "Con las mismas palabras del Papa Francisco, recordamos a los colombianos que los inmigrantes son nuestros hermanos y hermanas que buscan una vida mejor lejos de la pobreza, del hambre, de la explotación y de la injusta distribución de los recursos del planeta", dice el comunicado.
Desesperación por llegar a EEUU
Ante la negativa de las autoridades colombianas a las peticiones de los cubanos, agrupaciones han decidido adentrarse en la selva de Darién, que los conduciría hasta Panamá. No obstante, en este viaje se exponen a distintos peligros, entre ellos la aparición de bandas criminales que asesinan a quienes se encuentran en el camino. Según reseñó El Nuevo Herald, grupos de migrantes están ingresando a la selva por el miedo a ser deportados a su país.
“No queda otro recurso que echarnos a la selva. Responsabilizamos de lo que nos pase al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; a su canciller, María Ángela Holguín y a la coalición internacional", declaró uno de los viajeros al medio de comunicación.
El pasado 31 de julio los cubanos pidieron al presidente estadounidense, Barack Obama, que los ayudara a llegar al país de forma segura. Se trató de una carta abierta en la que solicitaban al mandatario ayuda humanitaria, con el objetivo de no tener que cruzar la selva y exponerse a sus peligros.
Las autoridades colombianas han manifestado rechazo hacia la política americana que facilita la llegada de migrantes cubanos a EEUU, específicamente al programa "Pies secos, pies mojados", que permite que aquellos ciudadanos cubanos que pisen suelo norteamericano puedan solicitar la residencia permanente luego de un año en el país.
La máxima autoridad de Migración Colombia, Christian Krüger, manifestó el pasado 29 de julio que planea viajar a Panamá y Costa Rica para reunirse con sus homólogos de ambos países y discutir el tema migratorio cubano, que ha afectado también a estas dos naciones centroamericanas.